Hace hoy justo cinco años, la Selección española tocó el cielo en Saitama (Japón) al proclamarse campeona del mundo, en una final en la que dejó a Grecia por debajo de los 50 puntos (70-47). Antes de las tres de la tarde, hora española, Pau Gasol, que se había perdido el partido por una lesión en el pie, subía las escaleras ayudado por Mumbrú para levantar el primer título de la absoluta. "Cómo pasa el tiempo... Cinco años ya. Era mi primera experiencia con España; para mí todo era nuevo. Casi siempre que lo recuerdo se me pone la piel de gallina... Bueno, siempre", recuerda Marc, que aterrizó en Japón de rebote tras la lesión de Fran Vázquez.

Para Pepu Hernández, la pizarra del primer gran triunfo, "después de lo del Mundial hubo un boom del baloncesto y de todo el deporte en general". El técnico, ahora de nuevo en el Estudiantes, lo explica así: "Lo bueno es que no fue sólo una explosión de calidad, con los grandes éxitos de nuestras selecciones y deportistas; sino también de cantidad. Muchísimos jóvenes se iniciaron en el baloncesto. Luego note que no hubo la infraestructura ni los entrenadores suficientes para mantenerlo todo".