El Real Madrid se movió muchos minutos a remolque, con un Partizán que amagó con romper de salida (10-0), en un Pionir enardecido, con Pekovic (16 puntos al descanso) pisando rivales, a Tomic­ el primero; pero remontó, se puso arriba y entró en el último minuto con el triunfo a mano: 76-78 tras un triplazo de Rudy.

Luego llegarían cuatro tiros libres del Partizán y una posesión desperdiciada. Al Madrid le quedaba un ataque con dos abajo (80-78), pero lo paró el Partizán en falta. Siete segundos y dos tiros libres para Llull­: falló el segundo, al suelo, lucha. Sacan blancos (de negro ayer), tres segundos, Llull lanza desde la esquinita forzado y... agua. Emocionantísimo final, una pena que no se viera en directo, y derrota de las que corroen, segunda consecutiva en la Euroliga.

Vimos aciertos calcados a los de hace una semana en Tel Aviv (Carroll en estado puro, microondas total, con 16 puntos del tirón en cinco minutos del segundo cuarto) y errores parecidos. Faltó concentración (mil pérdidas) y defensa en la primera parte, donde el Partizán se disparó hasta los 45 puntos, con Pekovic ejerciendo de Big Sofo. Indefendible sin ayudas, para Ibaka y para cualquiera. Esta vez, sin embargo, el jugón, Acie Law no emuló a Farmar, aunque resultara pieza de peso en los últimos tres minutos. El problema para los blancos es que a los hachazos de la Mole se sumó Macvan (cedido por el Maccabi, dominador en categorías inferiores y aún con 21 años). Destrozo total, muy bien en el rebote, clave el ofensivo al final. Mientras, el Madrid acumulaba impotencia y faltas a la misma velocidad.

La aparición estelar de Carroll­ mantuvo vivo a su equipo, que en el tercer cuarto dio una vuelta de tuerca a la defensa. La tercera falta de Pekovic ayudó. Pero Rudy y Llull ya aportaban: 55-61. El Pionir no había dado su último grito: !Par-ti-zán!, rugió con un triunfo histórico, el segundo ante el Madrid desde 1979.