Ayón: De jugador revelación a la NBA

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Ayón: De jugador revelación a la NBA

Ayón: De jugador revelación a la NBA

El año pasado el pívot mexicano fue nombrado 'Jugador Revelación' en la Liga Endesa. Este año, empezó lesionado, pero reapareció a lo grande y lideraba el ránking de valoración.

La salida de Gustavo Ayón del Baloncesto Fuenlabrada no es el adiós de uno más del vestuario, aunque haya protagonizado algunos encuentros encomiables, sino que se marcha el jugador que ha sido el alma del equipo, en palabras del que hasta ahora ha sido su técnico, Porfirio Fisac.

No tuvo suerte este año al comienzo de la temporada. Llegó unos días más tarde que el resto y su voluntad por igualar en el menor tiempo posible el tono de sus compañeros le hizo romperse. Primero un problema de tobillo y después de hombro. Nunca abandonó el trabajo colectivo, aunque con los límites que sus lesiones le permitían.

El equipo comenzó la liga con una mala racha. Ante el Real Madrid no era favorito y no sorprendió la derrota. En el segundo ante el Manresa y en casa, sí. Ayón no sabía a qué se debían tantos problemas médicos. Se llegó a hablar de una posible operación. En caso de que se hubiera producido, su vida sería ahora totalmente diferente ahora: estaría en sus primeros días de vuelta al trabajo. Con el Baloncesto Fuenlabrada.

Pero el jugador funcionó siempre según sensaciones, con el máximo de motivación y de ímpetu por jugar, que le llevó en pretemporada a sufrir una segunda lesión cuando aún renqueaba de la primera. Así, ante Estudiantes, en una prueba que hizo solo unos minutos antes del inicio del encuentro dijo que se encontraba bien y que jugaría. Su recambio temporal ya estaba en el banquillo. El serbio Dejan Musli, una prometedora figura llegada desde Caja Laboral que solo disputó cuatro minutos en el mes que estuvo enrolado en el ''Fuenla''. La sorprendente recuperación de Ayón tuvo la culpa.

Su participación no se predijo en ninguna previa. Los médicos pusieron una cara extraña cuando comunicó que quería jugar, aunque la operación de hombro ya había sido descartada. Disputó 26 minutos, hizo 20 puntos y tuvo 26 de valoración, y el Fuenlabrada sumó su primer triunfo. Fue el revulsivo que el equipo necesitaba, según indicó su propio entrenador en la rueda de prensa posterior.

A ésta actuación le siguieron otras grandes actuaciones en otros encuentros de liga. Para el recuerdo de una grada que no pudo despedirse de su figura queda la actuación en Sevilla ante Cajasol, donde tras dos prórrogas hizo 43 de valoración. Su nuevo récord. El anterior lo consiguió el pasado año ante el Barcelona, su primero entero con el equipo, y en el que terminó fue nombrado jugador revelación del campeonato.

En el resto de encuentros siempre rondó la veintena de valoración hasta el punto de que hoy, el día de su marcha, es el jugador mejor valorado de la liga española. Pero detrás de su carácter ganador le acompaña una humildad que le ha llevado a ganarse el corazón de la afición fuenlabreña. Cercano aunque tímido, siempre tuvo tiempo para hacerse una foto o firmar autógrafos a quien se lo pidiera.

Y con club puesto que no tuvo reparos en aceptar su cesión a Illescas y Tenerife, en Leb plata y bronce, cuando fichó por el Fuenlabrada, tras varios éxitos en su país. Incluso sabía recular cuando el ímpetu le llevaba más allá de lo esperado. En el encuentro ante el Cai Zaragoza se enfrentó a un aficionado cuando el partido estaba finalizando. Entendió que los improperios del abonado al árbitro iban para él. Después, ambos solucionarían el malentendido en uno de los pasillos del pabellón.

Su marcha tiene una gran importancia para el equipo. Fisac siempre le puso como ejemplo a seguir, incluso cuando estuvo lesionado. Sabía que su espíritu combativo animaba a los demás a realizar un mayor esfuerzo. Sirvió de revulsivo con la temporada ya iniciada y nunca tuvo miedo en el uno a uno ante los nombres ilustres de la liga española a los que se enfrentó.

Tras su llegada, en una entrevista declaró que no pensaba nunca más allá del próximo partido, siempre a corto plazo, y que sólo sabía que tenía que trabajar y mejorar. Si lo hacía bien sabía que podría generar interés en los equipos grandes. Se refería a Europa. Lo que no esperaba es que la llamada llegara desde Estados Unidos. Y que fuera tan inminente.