Malas sensaciones en el Real Madrid a las puertas del Clásico. Dos derrotas en los últimos tres partidos y los blancos otra vez a la espalda del Barcelona, su eterno rival, que cierra 2011 como líder de la Liga Endesa. Y es que es muy difícil ganar a casi nadie fallando 13 tiros libres (25/38), concediendo 20 pérdidas y anotando sólo dos triples mientras tu rival mete diez.

Llull, que había apuntado a héroe con dos penetraciones marca de la casa para poner a su equipo a tiro del triunfo (70-68, min. 37), terminó la película como villano fallando los dos últimos lanzamientos del Madrid. El Joventut recupera autoestima contra los madridistas, como ya hiciera el Estudiantes, otro equipo de cantera, hace dos jornadas. Desearán que el impulso les dure un poquito más que a los colegiales, ahora en puesto de descenso.

Vayamos al desarrollo. El Madrid nunca tuvo el control del partido. Laso lo intentó, pero no dio con la tecla como otros días, mientras Maldonado iba encontrando soluciones para mantener a la Penya al mando. Primero, con el ímpetu de Williams, mal defendido y anotando con facilidad en la pintura ante la pasividad de Tomic, con su desesperante sangre de horchata. Resuelto el problema con la entrada de Begic, que sí logró intimidar, fueron Jelínek y Oliver los encargados de poner en jaque al Madrid, esta vez por fuera. Pocius, que volvía a jugar en Liga un mes después de lesionarse, aportó su habitual intensidad; Mirotic estuvo bien, pero no imperial, y la participación de Sergio Rodríguez, Carroll­ y Singler, que no termina de arrancar como madridista, fue casi intrascendente.

A remolque.

El Madrid tuvo que tirar de la raza de Reyes y Llull para intentar salvar los muebles, pero se topó con la inspiración en ataque de dos bajitos verdinegros, Jeter y Oliver, y una defensa bien cerrada que evitó el vuelco final en el marcador, tras canasta de Felipe a 40 segundos del final (74-75). Sombrerazo para el Joventut y aviso para el Madrid: salvando las distancias, este es el tipo de partido que puede esperarle el 4 de enero ante el Barça.