Chicago vibra con 'White Mamba' Scalabrine

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Chicago vibra con 'White Mamba' Scalabrine

Chicago vibra con 'White Mamba' Scalabrine

A 2:43 minutos para el final del Chicago-Detroit retumban las paredes del United Center ante el impresionante estruendo que invade el recinto. La afición brama de forma brutal. No lo hace por un canastón de Rose, ni por un gran rebote de Noah, de hecho el partido ya está resuelto a favor de los ­Bulls (86-64). Quien provoca ese estallido de euforia es el seldom-use reserve (reserva de poco uso) Brian Scalabrine al saltar a la cancha reemplazando a Taj Gibson. Se escucha un cántico: "Scal-a-breen-ee". Y aparecen carteles y camisetas donde se lee el nombre White Mamba (Mamba Blanca), apodo por el que es conocido este pívot pelirrojo que ya era un fenómeno de fans cuando jugaba en los ­Celtics. El mote suena a broma en contraste con el de otra Mamba, la Negra: Kobe Bryant. Poco antes de terminar el encuentro anota una canasta celebrada con una ovación salvaje ante el deleite del banquillo local, tal y como recoge la crónica de nba.com. Mofa o amor verdadero. Quizá un poco de ambas cosas. Los más viejos del lugar aún recordarán a otro jugador que provocaba las mismas reacciones a principios de los 80 en los Bulls: Granville Waiters, cuyo nombre también era coreado en partido decididos para Chicago y que recibía aplausos con cierto sarcasmo cuando entraba en pista. Otro ejemplo de jugador querido desde lo más profundo del banquillo fue M. L. Carr, que en sus últimas campañas en activo con Boston, también en los 80, era más conocido por su forma de agitar toallas para animar que por lo poco que hacía en la cancha. El caso es que Scalabrine, veterano de séptimo año en la NBA donde apenas promedia tres puntos y dos rebotes, firmó 11,6 y 5,4 durante el ­lockout en sus siete partidos con el ­Bennetton Treviso. En Italia le querían no por su simpatía ni por ningún impulso friki, sino por ser un jugador importante.