No hubo duda, el Real Madrid comenzó su trascendental partido ante Unicaja con resaca. La Copa del Rey había elevado el estado de euforia y la moral de los de Pablo Laso, pero en la Euroliga, el conjunto blanco no es el mismo. El Real Madrid estaba obligado a ganar para no quedar matemáticamente eliminado, pero su comienzo fue tibio, con una preocupante apatía y falta de nervio y dureza.
Sergio Llull abrió el encuentro con un triple, que fue la primera y única ventaja del Real Madrid en los dos primeros cuartos. De hecho, hasta los instantes finales del segundo, no empataría el duelo nacional. El partido se presentaba atractivo. No se jugaba nada Unicaja y sí mucho el Madrid, y eso pesó de inicio al conjunto merengue. Lima presentaba los credenciales del conjunto andaluz tras capturar el primer rebote ofensivo; no en vano, Unicaja es el equipo que más rebotes en ataque captura. El arranque de los de Chus Mateo fue poderoso, con un parcial de 0-7 fundamentado en un triple de Fitch y un Madrid desajustado y fallón en el triple. Llegó entonces la bronca de Laso en el tiempo muerto, pero el Madrid no reaccionaba.
El segundo cuarto podría haber seguido la misma dinámica del primero de no ser por dos nombres propios en el Real Madrid: Jaycee Carroll y Nikola Mirotic. El primero fue explosivo en el arranque, con cuatro puntos en un minuto, pero su liderazgo no era suficiente, el Madrid seguía horrible en la línea de tres, con uno de nueve, tan sólo un 11% de efectividad. Tras una penetración de Valters, los árbitros vieron antideportiva en una acción de Sergio Rodríguez. Los andaluces se ponían 20-28, moviendo mucho el balón y haciendo daño a los blancos en el juego interior. Sin embargo, en algún momento tenían que entrar los triples en un partido con un ritmo altísimo. Carlos Suárez y Berni Rodríguez firmaron uno cada uno, pero fue Mirotic, el segundo nombre propio del que hablábamos, quien redujo a nada la ventaja de Unicaja con tres triples. El Madrid se iba al descanso con empate (41-41).
En el tercer cuarto, Unicaja fue perdiendo poco a poco el pulso al partido, a pesar de que la velocidad del encuentro no cesaba. Ambos equipos parecían pasárselo bien, pero eso no le valía al Real Madrid, cuyas opciones europeas pasaban por ganar como fuera. Tras conseguir Velickovic la primera ventaja de los de Laso tras el inicio del partido, Tomic se reivindicó con un gran mate (48-44), y poco después Rowland hizo pasos. Chus Mateo se desesperaba ante la falta de intensidad de su equipo en la zona, pero el partido entró en el momento de las jugadas espectaculares: un canastón a aro pasado de Lima, dos triples consecutivos de Llull y Fitch y dos tapones tremendos de Unicaja.
A falta de diez minutos, el Real Madrid había dado la vuelta al partido, aunque no había logrado despegarse de un rival que merecía el aplauso, ya que estaba fuera de Europa. Sin embargo, Unicaja fue muriendo poco a poco y por sus propios errores. Se fue mutilando por sus numerosas pérdidas de balón (18) y por la superioridad blanca en una parcela en la que era especialista Unicaja, el rebote ofensivo (13 a 9 para el Madrid). El partido se rompió definitivamente con un triple de Carroll a falta de cinco minutos para el final y una posterior anotación de Llull con personal incluida de Lima, que hizo un partido muy serio (12 puntos y siete rebotes).
Al final, el conjunto blanco sacó a relucir todo su poderío ofensivo, con un Mirotic que se fue hasta los 18 puntos sin hacer un gran partido. El castigo para los de Chus Mateo fue excesivo, pero Unicaja se dejó ir (86-65), y en el Madrid, Llull volvió a tirar del carro en Europa, donde todo está todavía por decidir.
