No era el día para ponerse exquisito, nada de función estupenda, más bien resacón en el Palacio. Hacía cuatro días del triunfo del Madrid en la Copa y apenas unas horas de la celebración en el Ayuntamiento y la Comunidad. Afición feliz e indulgente y gritos esporádicos de "¡campeones, campeones!".
Errores a granel y concentración e intensidad variables. Al Madrid, en cualquier caso, le sobró para terminar venciendo por 21 puntos tras empezar once abajo (20-31). El parcial en los últimos 26 minutos es demoledor: 66-34. Ni Freeland ni Garbajosa jugaron en un Unicaja de capa caída. Supongo que no le ayudó enterarse de que estaba eliminado el miércoles después de viajar. El triunfo del Gescrap Bilbao condenó al equipo malagueño.
¿Y los locales, qué? Pues sestearon de salida (3-14) y Laso pidió un tiempo muerto para echar en cara a sus jugadores "la blandura defensiva y ofensiva". Reaccionaron con la aparición en escena de Carroll y con tres triples de Mirotic, que lanzó sin nadie delante porque el Unicaja alternó la defensa individual con una zona 2-3 y no siempre lo tuvo claro. Pérdidas, despistes, pero mucho ritmo y empate ya al descanso: 41-41.
En la reanudación, más concentración defensiva del Madrid, que tomó el control. Buenas acciones de Llull, un mate de Tomic, tres tapones de Begic, alguna canastita de buen ver y sentencia dictada. La víctima, este Unicaja extraviado, puede ser el salvador del Madrid en una semana si gana en el Carpena al Bilbao. De lo contrario, al Real sólo le quedaría vencer por 23 en Siena para no quedar eliminado, que pueden ser 22 tras los puntos acumulados esta jornada. Muy difícil.
Y les pregunto: ¿se merece el Unicaja una plaza fija en la Euroliga si acaba con cero triunfos? ¿Y el Caja Laboral, que ni siquiera ha llegado tan lejos? ¿Y el Madrid si cae ahora y continúa adelante el Bilbao, que sólo repetiría en Europa con una machada en la Liga...?
