No hubo lugar para la sorpresa. El Madrid llegó a Pisuerga avisado y, aunque le costó romper el partido, logró una victoria solvente basada en su acierto en los triples, y en el partidazo de un Mirotic al que nadie se atreve a poner techo. Lo hizo todo bien, jugó por dentro y por fuera, e incluso se puso el primero a la hora de frenar los impulsos de O'Leary en un amago de trifulca. Acabó con 26 puntos y 46 de valoración. El jugador más joven que consigue esta marca en la ACB. Nadie en el Madrid sumaba tanto desde el récord de Sabonis (66) en 1995. El público vallisoletano acabó aplaudiéndole.

Laso reconoció en rueda de prensa que la diferencia final en el marcador no era real. Y es que al Madrid le costó desprenderse de un incómodo Blancos de Rueda, que sorprendentemente ha iniciado la Liga mostrando un buen nivel en su juego colectivo. Un aviso para los que le daban por descendido.

La primera parte fue igualada y el Madrid se fue al vestuario con la máxima ventaja gracias a un triple de Sergio Rodríguez­ sobre la bocina.

El base canario le dio a su equipo una marcha más en la reanudación, lo que obligó a Roberto González a ordenar una zona. Mediado el tercer periodo, cuatro triples casi consecutivos (dos de Llull, uno de Suárez y, el último, del propio Mirotic) cerraron el paso a las últimas gotas de gasolina del Blancos de Rueda. De ahí, hasta el final, cómodo paseo blanco.