El dueño de Dallas draftearía a una mujer: Brittney Griner

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El dueño de Dallas draftearía a una mujer: Brittney Griner

El dueño de Dallas draftearía a una mujer: Brittney Griner

Mide 2'03, pesa 94 kilos y ha cerrado su periplo universitario en Baylor con más de 2000 puntos, 736 tapones... y 18 mates. Su lugar está en la WNBA...o en Dallas Mavericks.

Mark Cuban tiene 54 años y hace ya trece que es dueño de Dallas Mavericks, además de multimillonario precoz y un tipo francamente lenguaraz, de los que no deja indiferente a nadie. Con 25 años le pidió 500 dólares a un amigo para, sin saber ni una palabra del tema, montar una consultoría informática que vendió por seis millones de dólares cinco años después antes de hacerse definitivamente de oro con Broadcast.com, una revolución en la emisión de señales de televisión y radio por internet. En los Mavericks, Cuban se ha granjeado enemigos y ha acumulado titulares escandalosos, pero su labor como dueño es indiscutible. De hecho este es el primer año en el que parece probable que su equipo se quede fuera de playoffs tras doce presencias consecutivas y, por supuesto, el anillo ganado en 2011 en cancha de Miami Heat y tras unas playoffs con una actuación para la historia de Dirk Nowitzki, jugador al que ha convertido en su santo y seña.

Cuando Cuban se hizo con la franquicia, Brittney Yevette Griner, tejana de Waco, tenía diez años. Ahora, con 22, es una joven de 2’03 y 94 kilos que se ha convertido en la gran sensación del baloncesto universitario femenino tras una carrera que ha sido campeona con Baylor y ha superado las barreras de los 2000 puntos y los 500 tapones, algo que ninguna otra mujer había hecho en la NCAA. Después de promediar en su última temporada universitaria 23’8 puntos, 9’4 rebotes y 4’1 tapones por partido, su lugar está en la WNBA, versión femenina de la NBA en la que nadie duda de que será número uno del próximo draft, elección cantada que corresponderá a Phoenix Mercury. Será así… salvo que su camino se cruce con el de Cuban y su eterno espíritu de ‘enfant terrible’.

Porque aprovechando su visita a Los Angeles para el partido que Dallas Mavericks perdió ante Lakers y en el que dilapidó casi todas sus opciones de playoffs, Cuban aseguró que no tendría ningún problema, más bien todo lo contrario, en draftear a Brittney Griner y darle una oportunidad en la NBA, que no tiene ninguna norma que impida elegir a mujeres en el draft: “No puedes saber si funcionaría hasta que no lo intentas. Si entrena con nosotros y responde bien a las pruebas, no tendría ningún problema en contar con ella. Ninguno en absoluto. Si fuera la mejor entre los que podemos elegir, la elegiría”. Eso sí, asegura que no se trata de una boutade sino de una cuestión puramente deportiva: “Una vez elegida tendría que hacerse un hueco en el equipo como cualquier otro. No la elegiríamos para pasearla por ahí sin más”. Aunque, intacto el instinto para oler el negocio, sí reconoce que el asunto provocaría suficiente interés si, por ejemplo, acabara con la pívot jugando la Liga de Verano de Las Vegas: “Sería un buen golpe de marketing en potencia, ¿no? La gente querría ver cómo le van las cosas… supongo que veríamos las gradas llenas en sus partidos”.

Hable o no completamente en serio, Cuban ha logrado, otra vez, que el debate en el baloncesto estadounidense gravite en torno a sus palabras. Muchos creen que es un brindis al sol y que por muy excéntrico que sea o pretenda ser, Cuban lleva suficientes años en el negocio como para saber que Griner tendría pocas opciones ante las condiciones físicas de los pívots NBA. Otros, en cambio, ven la actual crisis de interiores de referencia que vive la gran liga como una oportunidad, y el hecho de que Brittney Griner sea mujer tan sólo como una barrera más que hay que derribar.

Casi todos, en cualquier caso y por ahora, piensan que Griner terminará jugando y haciendo historia en la WNBA y que no se desviará de un camino que le lleva directa a la leyenda en el baloncesto femenino. En Baylor ha promediado más de 23 puntos en tres de sus cuatro temporadas y ha terminado su ciclo universitario con 736 tapones… y con 18 mates, 11 en su año como senior.

El desarrollo de los acontecimientos conspira contra las revolucionarias intenciones de Cuban. El draft de la NBA se celebrará el 27 de junio mientras que los derechos de Griner serán de la WNBA ya el 15 de abril. Es decir, dos meses y medio antes de que Cuban pueda plantearse la contratación de rookies y el fichaje de una jugadora que podría seguir los pasos de Ann Meyers, una de las mejores de siempre, que tras asombrar en su periplo universitario en UCLA llegó a firmar en 1979 un contrato con Indiana Pacers por 50.000 dólares al año. La historia recorrió América de punta a punta pero Meyers, todo talento y una sonrisa encantadora pero ligeramente por debajo del 1’80 de estatura, se dio de bruces con la realidad en los entrenamientos del equipo y finalmente no entró en la rotación porque no podía igualar el nivel físico de sus compañeros, que tampoco veían con los mejores ojos su incorporación. Ni siquiera lo hacía su hermano Dave, que por entonces jugaba en Milwaukee Bucks. Ella fue pionera de un camino que nadie ha seguido y que por ahora nadie seguirá… salvo que Mark Cuban decida que, en esto también, tiene que salirse finalmente con la suya.

 

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