BROOKLYN NETS

La inesperada resurrección de Shaun Livingston en Brooklyn

El base de Illinois vive en Brooklyn Nets el mejor momento de su carrera después de que su rodilla se rompiese el 26 de febrero de 2007.

Madrid
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1 de mayo de 2006, Staples Center de Los Ángeles. Carmelo Anthony no se puede creer lo que ven sus ojos. Sus Nuggets habían perdido 1-4 en la primera ronda de Playoffs contra los Clippers. Unos Clippers que llevaban desde la 96-97 sin llegar a la post-temporada y que tenían en el All-Star Elton Brand a su máxima estrella.

Allí, en California, en ese primero de mayo, un joven base llamado Shaun Livingston logró 8 puntos, 14 asistencias y 5 rebotes saliendo desde el banquillo. 28 minutos y 14 asistencias que ganaron el partido. 14 asistencias que le hicieron olvidar la lesión de la temporada anterior, donde tuvo que perderse más de 50 partidos. Shaun Livingston volvía a recordar lo que era ser una estrella. Recordó su co-MVP en el All-American, donde se juntan los mejores jugadores de Instituto. Recordó a David Stern proclamando su nombre como número 4 del draft de 2004 y recordó las comparaciones con Magic Johnson debido a sus más de dos metros de altura.

Livingston tenía el futuro a sus pies y el balón en sus manos. El base titular, Sam Cassell, cumplía 35 años y vivía los últimos minutos de su carrera. Los Clippers habían formado un buen equipo con Brand, Maggette, Cassell, Livingston o Chris Kaman, pero algo hizo ‘crac’.

El 26 de febrero de 2007 la rodilla de Shaun Livingston se rompió en una de las acciones más desagradables que se recuerdan en la NBA. La rótula quedó destrozada, y la superestrella que se cernía sobre ella, también. Una bandeja fallida, un mal apoyo y una carrera que se derramaba por los pasillos del Staples Center.

Shaun caía en picado por los raíles de la montaña rusa en la que se había convertido su carrera y no atisbaba una señal que la hiciese volver a resurgir. Durante 2008 y 2010 pasó sin pena ni gloria por Oklahoma, Miami y Washington, hasta que llegó a Charlotte. Allí, en el equipo de Jordan, Livingston se volvió a vestir de jugador de baloncesto. Jugó 73 partidos entrando desde el banquillo, aportando 6,6 puntos, algo más de 2 asistencias y 2 rebotes por partido. No eran partidos de Playoff ni eran números de superestrella, pero era mucho más de lo que había soñado durante el lustro que pasó tras aquel negro 26 de febrero.

Vivió a la sombra de Brandon Jennings en Milwaukee y a la de Kyrie Irving en Cleveland, hasta que Jason Kidd le llamó. Los Brooklyn Nets. El equipo de uno de los barrios más famosos del mundo. La plantilla más cara de la liga más rica del mundo. La suerte había llamado a la puerta del joven base de Illinois.

Se subió al tren y aprovechó la fragilidad de los tobillos de Deron Williams. Llevó la batuta del quinteto titular de los Nets mientras D-Will estuvo ‘KO’ y, cuando este volvió, convenció a Kidd de que podían jugar juntos. Ha jugado de titular 24 de los 46 partidos de esta Regular Season y ayer, contra los Sixers, Shaun Livingston consiguió 13 puntos, 8 asistencias, 6 rebotes y 7 robos de balón en 36 minutos.

Después de este partidazo, llegó al vestuario, se sentó en el que por derecho era su sitio en el vestuario más rico del mundo y pensó que había viajado en el tiempo hacia esa primera ronda de Playoff de 2006. Pensó en aquella bandeja fallida en febrero de 2007 y vió subir dos puntos más al marcador de los Clippers.

Les presento a Shaun Livingston, jugador de baloncesto.