Las dudas se despejaron. Paul George, pieza fundamental e imprescindible para los Pacers, disputará esta madrugada (02:30) el tercer partido de la final del Este ante los Heat. Así lo confirmó la propia franquicia de Indianápolis: "Ha recibido el permiso para volver a practicar la actividad baloncestística con normalidad". Desde que sufriera un rodillazo de Dwyane Wade en la porte posterior de la cabeza en el segundo partido hace tres días que le causó una conmoción cerebral, su presencia se había puesto en duda.  

El alero podrá saltar al parqué del American Airlines Arena de Miami al conseguir dejar atrás el protocolo marcado por la NBA para este tipo da casos una vez superadas las distintas pruebas realizadas. "George quedó libre de cualquier síntoma tras completar cada paso del proceso", se podía leer en el comunicado de la franquicia.

De hecho, su presencia nunca se cuestionó en el equipo rival. "¿Por qué no lo haría?", se preguntó LeBron James. Respecto a las declaraciones emitidas por el jugador tras el encuentro y que levantaron la polémica al afirmar que se sintió conmocionado y con la visión borrosa tras el golpe, y pese a ello completar el encuentro, el propio George admitió que se equivocó. "Probablemente debería habérmelo quedado para mí. Fue lo que provocó este lío. Es algo que en un futuro mantendré entre el cuerpo técnico y yo", comentó.

Greg Oden podría regresar

Por otra parte, Miami Heat podría incluir a Greg Oden en la lista de jugadores disponibles. El pívot, quien no disputa un encuentro de playoffs desde el 30 de abril de 2009, podría formar parte de la rotación de los de Florida tras mejorar de sus problemas de espalda con el objetivo de intentar frenar a Roy Hibbert. 

"Si los entrenadores me necesitan, estoy listo para jugar. Estoy preparado para cuando se me necesite", anunció el center, quien no juega desde el pasado 16 de abril, último día de la Liga Regular.