Después de una carrera golpeada por las lesiones, Shaun Livingston se reencontró a sí mismo en Brooklyn, como recordamos en este artículo. Con los Nets fue más titular (54 partidos) y más regular (jugó 76 partidos de 82) que nunca, y volvió a encontrar algo de la magia que guardaba, escondida, mientras pasaba de equipo en equipo y de hospital en hospital tratándose su maltrecha rodilla, destrozada el 26 de febrero de  2007 en una de las peores imágenes que se recuerdan sobre una pista de baloncesto.

Siete años después de aquello Livingston ha firmado un contrato de 16 millones de dólares y tres años con los Golden State Warriors. Allí, en la Bahía, apunta a complemento ideal de Stephen Curry y Klay Thompson, si sigue, en la línea exterior de Steve Kerr. A sus 28 años, Shaun ha promediado unos discretos 8,3 puntos 3,2 asistencias y 3,2 rebotes en 26 minutos de juego, pero lo que más ha agradecido Brooklyn, y lo que agradecerá Golden State, es su defensa. Un base de 2,01 metros que puede jugar de escolta, que defiende y que va superando año a año ese miedo lógico que cualquier jugador tiene a entrar a canasta después de haberse lesionado la rodilla.

Con la llegada de Livingston a los Warriors sólo les queda firmar a un interior para tener un equipo, si las lesiones le respetan, aspirante a todo. ¿Será Pau Gasol ese hombre?.