SUPERCOPA ENDESA

Llull dispara a un Real Madrid que defenderá título en la final

El menorquín anotó cuatro triples en un último cuarto al que se llegó con el partido igualado. El Valencia fue de más a menos. Rudy y Felipe, también decisivos.

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ACB

El Valencia llegaba a la Supercopa con la ilusión de un niño y la sonrisa pícara del que se sabe capaz de sorprender. Y abandonó Vitoria con otro rictus, en el que se leía la cruda lección recibida. El presupuesto pesa, y pesa el talento y la amplitud del banquillo. Y pesa aunque el Madrid llegara a competir vestido de turista, con escaso rodaje. El partido se decidió en los últimos cinco minutos (69-69). Entonces, el Madrid, con un quinteto de gala (Llull, Rudy, Maciulis, Reyes y Ayón) añadió 20 puntos y se fue hasta el 89-76. Triple de Llull seguido de otros tres más, más otro de Rudy y un buen trabajo atrás (20-7 de parcial). Un baño de realidad duro para la ilusión contagiosa de este Valencia. La ducha del Madrid fue, en cambio, de serenidad. Plantilla grande; queda hacer equipo.

Mientras en los de Laso, como quien dice, algunos jugadores se daban las buenas tardes por primera vez. En el Valencia, Perasovic llevaba un mes trabajando con los suyos. Muchos internacionales, pero ninguno en el Mundial. Y ese rodaje se notó de salida, con un equipo que se sabía los pases de baile y otro que trataba de aparentar y de no pisar a su pareja. Y lo consiguió a medias. Llegaba a destiempo en defensa, no cerraba bien el aro y se veía obligado a cometer muchas faltas. En los primeros seis minutos y medio encajó 21 puntos, con ataques nada sincronizados, de uno contra uno, aunque con Rudy (21) y Rivers acertados. Tiempo muerto de Laso y de ahí hasta el descanso el Real trató que se le notaran menos las costuras sin hilvanar. Más defensa, más pegados a sus pares, más atentos a los bloqueos y a los tiradores. En los 13:30 restantes, encajó ya solo 22 puntos: 43-43 tras un dos más uno y un triple de Nocioni. Seguía cediendo los rechaces, pero el Valencia boqueaba para anotar. Ayón se había estrenado a 6:40 para el descanso y en 180 segundos hizo tres faltas. Aún con el ‘jet-lag’, y con los árbitros algo quisquillosos. Volvió en el último parcial y le cayó la cuarta. Aguantó.

En la reanudación, con Sergio Rodríguez por primera vez en cancha, el Madrid contaba con una renta de siete puntos (56-49), que coincidió con otra buena racha de Rudy, muy protagonista. El Valencia recordó entonces al bloque que forzó al Barça al quinto duelo en el pasado playoff de semifinales. Si hace falta, la toalla se agarra con la uña o con los dientes, pero nunca se deja caer al suelo. Van Rossom lideró el último empellón: 62-66, 64-67… y el resto es historia. Apareció Llull, con 16 puntos y cinco de cinco en triples, y a la final.