MUNDIAL | ESTADOS UNIDOS 77-ESPAÑA 64

Dignísima plata de España

Estados Unidos, la gran dominadora del baloncesto mundial, se llevó el oro ante una Selección peleona. Maya Moore fue demasiado para España (18 puntos).

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La literatura y la historia están repletas de grandes batallas. David derrotó a Goliat con una onza y una piedra; Numancia resistió las embestidas romanas durante años y a Persia le costó deshacerse más de la cuenta de Leónidas y sus espartanos en la defensa de las Termópilas. Enfrentamientos desiguales y heroicos como el que se produjo sobre la pista del Ulker Sports Arena, con un equipo de otro planeta, Estados Unidos, y otro valiente y descarado, España, pero que nada pudo hacer para forzar la sorpresa y provocar el segundo tropiezo en el historia del baloncesto femenino estadounidense en los últimos veinte años. El balance desde esos Juegos de Atlanta es de 86-1.

“Sé de qué es capaz Maya Moore”, comentaba Lucas Mondelo, que la conoce bien de China, donde tiene el honor de entrenarla. La mejor jugadora del mundo, que le ha robado esa etiqueta a su compañera de equipo Diana Taurasi, encadenó casi ocho puntos seguidos que pusieron el +10 en el marcador a favor de las de Auriemma (15-5). Y habían pasado solo cinco minutos.

La zona se blindaba para España con las dos torres americanas, que en cambio lo metían todo en la pintura (9/9 en el primer de asalto), con Taurasi dominando el tempo del partido e hinchándose a asistencias: cinco en el arranque. Los balones no llegaban a Lyttle y sólo el desparpajo de Silvia Domínguez y Anna Cruz, el antídoto Mondelo antiatascos, y la pujanza de Laura Nicholls, que incluso se encaró ante la gigante Griner (2,03), permitieron que la ventaja no fuera a más (24-17). De nuevo Moore saltó a pista y en un abrir y cerrar los ojos Estados Unidos ya tenía medio oro colgado al cuello: 44-21, min. 17.

Pero la derrota no puede quitarle mérito a un campeonato que ha rozado la perfección. En dos años, España ha pasado de estar peleando en un Preeuropeo a subirse al segundo cajón más alto en un Mundial, algo que parecía impensable hace años. Y no tantos. Todo se ha conseguido con un equipo en el que Mondelo ha hecho encajar las piezas, con dos figuras maestras: Sancho Lyttle y Alba Torrens, ambas en el quinteto ideal. La nueva alero del Ekaterimburgo no tenía el día (0 de 6 en tiros), pero en el tercer cuarto metió un triple, acompañado de resoplido de alivio. Alba se fue hasta los diez puntos y España se puso deberes: intentar bajar de los 20. Lo consiguió (77-64).

Este domingo se enfrentaron dos baloncestos de dos mundos diferentes, pero con unas guerreras de plata que auguran batallas futuras. España ya se marca nuevos retos. Sólo le queda subir a un podio y precisamente al de los Juegos. Río espera en dos años.

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