CLIPPERS 85 - SPURS 89

Misión imposible para Clippers: ganar a San Antonio Spurs

Mal partido entre dos aspirantes al anillo que no terminan de arrancar. Final ridículo de los Clippers. Victoria 500 del trío Duncan, Ginóbili y Tony Parker en Regular Season.

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No hay manera. Parece imposible: no hay equipo en la NBA al que le cueste más ganar a otro. No hay superioridad mayor que la de los Spurs sobre los Clippers, un 78% de victorias texanas en sus enfrentamientos, una barbaridad a la que no llega ningún otro duelo directo en toda la historia de la liga. Una historia que suma y sigue para el milagro de los Spurs: Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili alcanzaron las 500 victorias en Regular Season juntos, como trío. Siguen a la caza, todavía lejos, del trío más legendario de Boston Celtics: Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish ganaron 540 partidos juntos. Ya pasaron la temporada al que formaron en los Lakers Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y Michael Cooper (490), al que adelantaron también en las últimas eliminatorias para convertirse en el trío con más triunfos en playoffs: 117... por ahora.

Cifras de leyenda que adornan un partido que fue cualquier cosa menos lo que se podía esperar del duelo entre dos de los favoritos, en la parrilla de salida, al título: el campeón y un aspirante que se debate entre una plantilla de primera magnitud y una tradición de errores y derrotas fatalistas. El hecho es que ninguno de los dos arranca: 4-3 para los Clippers y 3-3 para los Spurs ahora. Seis derrotas en trece partidos para dos equipos que ahora parecen por detrás de Warriors, Rockets y Grizzlies. Ahora: el camino es muy largo y dentro de cinco meses las cosas deberían ser muy distintas.

En su peor inicio con Popovich, los Spurs rozaron el 2-4 en un partido en el que jugaron tramos esperpénticos, a años luz de su nivel habitual, no digamos del pluscuamperfecto de los últimos playoffs. Se quedaron en 14 puntos en el primer cuarto (20-14) y fallaron los doce triple que lanzaron en el primer tiempo (42-39) para un 2/19 total. Un síntoma: llevaban 667 con Popovich sin firmar un 0/12 en triples en un primer tiempo. Y lo han hecho dos veces... en los últimos tres partidos. La cosa no estaba sentenciada o casi porque enfrente estaban unos Clippers anémicos que no terminan de funcionar ni en ataque ni en defensa. Racheados y muy lejos de la máquina de producir que fue el mejor ataque de la última Regular Season, dependieron de Blake Griffin y de un Chris Paul que rozó su segundo triple-doble del curso (12 puntos, 10 rebotes, 9 asistencias) pero que perdió 4 balones, casi los mismos que en los seis partidos anteriores.

A tirones, estos Clippers de perfil bajaron tenían casi derrotados a estos Spurs de perfil bajísimo: 82-75 a falta de 5:48. De ahí al final, sólo anotaron tres tiros libres de Crawford y encajaron un parcial de 0-10 que les condujo a un 85-87 con la última posesión, en la que a Chris Paul se le salió de forma imposible una bandeja en penetración, Griffin capturó el rebote y desde el suelo buscó otra vez a un Chris Paul que pidió tiempo muerto... cuando su equipo ya los había agotado todos. Resultado: técnica por el intento. La jugada recordó, claro, a aquella mítica final universitaria (5 de abril de 1993) que los Fab Five de Michigan (Juwan Howard, Jalen Rose, Jimmy King, Ray Jackson y Chris Webber) perdieron porque Webber trató de pedir un tiempo muerto cuando a su equipo no le quedaban y perdía 73-71 contra North Carolina.

Duncan terminó con 18 puntos y 11 rebotes, Parker anotó 9 de sus 13 totales en la remontada final y Kawhi Leonard, que juega con conjuntivitis, igualó su tope en Regular Season: 26 puntos. Popovich reconoció después que jamás había ordenado tantas jugadas para el alero: "es el futuro, Duncan y Ginóbili no van a estar jugando seis o siete años más", dijo. Un futuro que, de forma más inmediata, pasa para Clippers y Spurs por jugar mejor que en este inicio de temporada. Mucho, muchísimo mejor.