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THUNDER 105 - KNICKS 78

El trueno es Westbrook

El base regresó a las canchas después de casi un mes lesionado y no defraudó: 32 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes en una actuación colosal.

Actualizado a
El trueno es Westbrook
Mark D. SmithUSA Today Sports

Esta noche el Chesapeake Arena de Oklahoma City vivió una 'opening night', un nuevo comienzo a una nueva temporada. Como si el último mes fuese una Liga de Verano y lo importante, la alegría y las victorias llegasen ahora. Porque cuando tras el salto inicial Russell Westbrook arrancó la primera posesión de los Thunder, el pabellón se cerró en una tremenda ovación, signo inequívoco de lo que ha cambiado la situación del ex de UCLA en este último par de años. Las lesiones le han hecho más fuerte, le han convertido en un jugador maduro, de equipo, comprometido con un sólo objetivo: ganar. Se vio en las semifinales de los últimos Playoffs ante los Clippers y se ve en la ilusión que despierta en la grada, casi la misma que Kevin Durant.

Las cinco primeras canastas en juego de Oklahoma City llevaron el sello del número '0'. Tres asistencias (a Adams, Thomas e Ibaka), un mate y un tiro en suspensión. Una demostración de que está recuperado y listo para el grandísimo reto que espera a los Thunder, ahora a cinco triunfos de los Playoffs. Una declaración de intenciones: aquí mando yo, y lo hago bien. Relegó a Reggie Jackson al banquillo y lideró el tremendo parcial del primer cuarto ante unos Knicks que no sabían cómo parar al trueno (thunder): 30-13 en doce minutos y 51-23 a falta de tres para el descanso. 'Unstoppable', que dicen por allí. Y parcial definitivo (105-78 final sin esperanza para los Knicks). Westbrook jugó menos de 25 minutos y ese tiempo le sirvió para lograr 32 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes. Primer jugador en hacer estos números en 24 minutos o menos desde que el reloj de posesión tiene 24 segundos. Canalizador de juego de un equipo que ya observa el futuro con otros ojos.

El actual estado de euforia que viven los Thunder se reflejó en el primer mate de Russell. Desde la izquierda, supera a su marcador y machaca. El banquillo se vuelve loco y todos gritan, sonrientes, él se gira hacia ellos y devuelve el gesto. La rabia de ver a su equipo perder durante un mes, de navegar sin rumbo y sin capitán, canalizada en un único mate.

Los Knicks, como comentábamos antes, parecieron perder el partido al recibir la noticia de la vuelta de Westbrook. Arrastrados por la ola de euforia que vivía OKC, cuando se quisieron dar cuenta ya habían perdido el encuentro. Sólo Stoudemire (20 puntos y 9 rebotes), dio señales de vida en un equipo que sin Carmelo Anthony se vuelve inconsistente. Calderón no tuvo su mejor día y sólo pudo anotar 3 puntos.

Era la noche del regreso de Westbrook y la fiesta fue suya, pero hubo destellos de otros secundarios que animan a la esperanza. Si durante este mes se vio que a algunos de los jóvenes talentos de los Thunder les venía un poco grande la 'soledad' de estar sin las dos grandes estrellas del equipo, la vuelta de una de ellas fue una fuente de inspiración para su juego. Steven Adams logró 13 rebotes y, aunque sigo con problemas en el tiro (3 de 9), convirtió varios pick&roll con Russell que animan a una futura mejoría. Brilló también un Jeremy Lamb del que se sigue esperando un 'clic' que le haga estallar de manera definitiva; y jugó un buen partido Serge Ibaka, relegado ahora a segundo de a bordo, en una posición en la que se siente mucho más cómodo. El gran damnificado de la vuelta de Westbrook es Reggie Jackson, auténtico motor de los Thunder durante el último mes: sus números bajarán, pero no deberían hacerlo sus minutos. Es el sexto hombre que debe liderar la segunda unidad del equipo, y el acompañamiento ideal para Westbrook en los momentos decisivos.

En Oklahoma City ya llueve un poco menos. No hemos llegado a diciembre y la vuelta de Westbrook asegura, cuanto menos, ilusión. Y todavía falta Kevin Durant.