GRAN CANARIA 71-GIPUZKOA BASKET 70

El Herbalife no se encuentra pese a su agónico triunfo

Mal encuentro del equipo amarillo, con un juego gris y sin chispa, ante un cuadro donostiarra que mandó durante muchos minutos pero que no supo rematar.

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Quizá resulte cierto, una vez más, que los conjuntos dirigidos por Aíto García Reneses despegan en el segundo tramo del curso. Tal vez, aparte de eso, las ausencias de Dajuan Summers e Ian O’Leary, junto con la integración de los nuevos jugadores, impidan el normal crecimiento de un proyecto en construcción. Habrá que esperar para saberlo. Lo que se antoja ya indudable es que, estrenando diciembre, el nivel del Herbalife Gran Canaria se encuentra por debajo de lo esperado por cualquiera. Su sufridísima victoria ante el Guipuzkoa Basket, y las maneras de conseguirla, lo atestiguan (71-70).

Un equipo serio y aseado, pero con muchos menos recursos que los amarillos puso todo esto de manifiesto. Después de unos diez primeros minutos con ventajas locales poco significativas, gracias especialmente al ímpetu de Brad Newley y a la presencia de Walter Tavares -y en los que Will Hanley ofreció buenas cosas en el cuadro vasco-, el segundo periodo fue retratando cada vez más las lagunas de este Gran Canaria. Justamente con la salida de pista de David Doblas por su tercera falta personal, a 6:44 para que acabara la primera mitad y con 26-19, los de Jaume Ponsarnau aprovecharon con un 0-8 el despiste isleño, y se pusieron por vez primera por delante con un triple de Taquan Dean (26-27, min. 15). La igualdad se mantuvo hasta el intermedio (35-36), con sensaciones malas, también en intensidad -12-25 en rebotes- en los de García Reneses, en un encuentro que no contribuía demasiado en llenar las canchas de la ACB.

Nada cambió demasiado luego. Un par de aciertos de Tomas Bellas desde la línea de 6,75 devolvieron el mando a los suyos, 43-40, pero todo a trancas y barrancas. El ataque deslavazado del Herbalife, cada vez más común, pasa por acciones individuales ante la inoperancia del espíritu colectivo que le ha caracterizado en los últimos años. Su defensa, igualmente, no guarda parecido alguno con la que tan bien ha acostumbrado a sus aficionados, aunque los números señalan la producción ofensiva como gran problema. Ante esto, el Guipuzkoa Basket, con muy poco, obligó a Aíto a parar el juego ante un amenazante 48-53 casi al final del tercer periodo. Aunque muy tenues, sonaron algunos pitos en el Gran Canaria Arena, ahogados por la generalidad de una masa que sigue, inquebrantable, detrás de su equipo.

El 54-54 con el que se abrió el acto final volvió a convertirse en rentas cortas para los donostiarras (54-59, min. 33). No obstante, incluso algo perdido, el Gran Canaria tiene madera para ir sobreviviendo, así que niveló el tanteo y se parapetó en una zona 2-3 que, sin grandes resultados, sí que le tapaba algo más sus vergüenzas. El final de infarto parecía insalvable, y así mismo se sucedieron los acontecimientos. Con 71-70, ya en el último minuto, entre Bellas y Eulis Báez fallaron cuatro tiros libres, y el rival tampoco anduvo mucho más fino. Dani Díez, tras una floja actuación, erró el apurado triple final que hubiera dado el triunfo a los suyos. Ganó el menos malo.