PANATHINAIKOS 67 - BARCELONA 80

El Barcelona felicita a Pascual

En un choque marcado por la amenaza de bomba en el descanso, el Barça ganó en el partido 500 de Xavi Pascual y certificó un liderato de grupo que tenía casi cerrado.

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El Panathinaikos-Barcelona (una de las rivalidades más calientes y ya clásicas del baloncesto europeo) más anónimo quedará finalmente en el imaginario de estos duelos: el del aviso de bomba. El OAKA, apenas una maqueta rígida de esa versión de 30.000 almas furiosas que suele recibir al equipo azulgrana en partidos de Top-16 y (sobre todo) playoffs, tuvo que ser evacuado antes de un segundo tiempo que se retrasó más de 35 minutos. Finalmente una anécdota que terminó de destemplar el duelo, con muchos menos de los 14.500 aficionados que lo habían empezado, y que condujo finalmente al triunfo en un choque especial para Xavi Pascual: recién renovado, vivió además su partido 500 al frente de un Barcelona que con él ha ganado 396 (más del 79%)… veinte más que Aíto García Reneses en ese mismo número de partidos. La cifra (y los títulos: siempre al menos uno por temporada) van perfilando la figura (y la relevancia) del entrenador más joven en haber ganado tanto la Liga ACB como la Euroliga. Tiene ahora, recuerdo, 42 años.

El Barcelona ganó y certificó un primer puesto de grupo que tenía hecho salvo milagro improbable en el average general que nunca estuvo cerca (ni en Atenas ni en Estambul, donde el Fenebahçe ganó sin heroicidades al Bayern). Cierra la primera fase 9-1, sólo peor que el imponente 10-0 del CSKA y sin más derrota que la encajada ante el propio Fenerbahçe hace una semana, tras una prórroga y jugando sin Abrines, Oleson y un Navarro que volvió en Atenas, justo cuando atruenan las noticias: Edwin Jackson, un eléctrico anotador francés que está haciendo estragos en la liga gala, llegará la próxima semana al Barcelona, que más allá de las bajas acumuladas se había guardado la baza de fichar tras la lesión para toda la temporada de Eriksson. Ahora viene el Top-16, donde el equipo de Pascual acostumbra a enseñar su mejor cara. Falta le hará porque ya se avista la necesidad de entrar como primero o segundo de grupo y evitar una hipotética serie ante el CSKA o el Fenerbahçe (sobre todo) con ventaja de campo en contra…

El Panathinaikos tampoco se jugaba nada. Era sí o sí tercero de grupo y se va a la segunda fase con el Barcelona y el Real Madrid. Jugó sin Diamantidis y sin espíritu, al menos durante un primer tiempo en el que el Barcelona le barrió: 23-40, 16-51 en valoración. En un esperpento gélido, el equipo de Ivanovic pasó de un 6-4 en el minuto 3 a un 8-21 superado el 9 sin más producción que dos tiros libres. En el segundo cuarto anotó tres canastas, todas en los primeros cinco minutos: después, cinco tiros libres. El Barcelona se paseó haciendo lo justo y con un Marcelinho Huertas superlativo, capitán general ante las bajas en el juego exterior. Al descanso el brasileño llevaba más valoración que todo el Panathinaikos (17-16). Terminó con 17 puntos, 9 asistencias y 4 rebotes, importante otra vez en la única reacción local, unos minutos de furia tras el descanso y ante un Barcelona que parecía todavía en la pista anexa a la que se fue durante la evacuación. Se llegó a un 47-53 (minuto 27), al que siguió un 0-10 (47-63) que convirtió el último cuarto en otro paseo para el Barça por esa pista en la que tantos malos ratos ha pasado.

Las lesiones han dejado claro que al ritmo de Huertas (y con quintetos mucho más veloces que en los dos últimos años) el Barcelona fluye en ataque. Hezonja dejó un par de mates para su cada vez más extensa galería y DeShaun Thomas (15 puntos, 7 rebotes) se va consolidando como mucho más que un anotador de rachas y desapariciones. El alero norteamericano funciona como jugador de equipo: trabajador, solidario, productivo. Anota cuando toca (cerca y lejos, de cara y de espaldas), defiende y rebotea. Otro al que le ha sentado de maravilla tener que dar un paso adelante por el adelgazamiento de la rotación. Así está el Barcelona a la espera -tras el regreso de Navarro- de Abrines, Oleson... y parece que Edwin Jackson. Buenas, muy buenas noticias.