Nikola Mirotic es un 2,08 que ha desarrollado toda su carrera como ala-pívot. Su habilidad para jugar de espaldas, su gran muñeca que le convierte en una amenza exterior y su capacidad de desborde ante jugadores de una altura igual o superior le han convertido en uno de esos cada vez más ansiados 'cuatros' versátiles y modernos. Sin embargo, su buen manejo del balón, técnica individual y tiro han hecho que alguno de sus entrenadores se hayan visto tentados por la idea de explotar estas cualidades ante adversarios de menor poderío físico. Es decir, le han querido readaptar o probar en el puesto de un 'tres' clásico. Pablo Laso ya lo hizo en algunos partidos del Real Madrid durante la temporada pasda y, ahora, en su primera campaña en la NBA Tom Tibodeau también ha optado por la misma fórmula en los últimos partidos de los Bulls.

Una decisión que sorprende, puesto que el head coach de Chicago había descartado esta posibilidad antes del arranque del presente curso. No obstante, el gran rendimiento mostrado por Niko (promedia 8 puntos y 5,1 rebotes) obligó al técnico a reconsiderar su decisión. "Hay cosas buenas y malas. Tenemos que seguir trabajando en ello", comenta al ser preguntado por el papel realizado por el ex del Madrid jugando de alero. "Le va a llevar algún tiempo. Le va a costar combinar las dos posiciones al mismo tiempo. Cuando actúe de alero, se va a ver limitado. Hay mucha diferencia entre las posiciones exteriores y las interiores", aclara. De hecho, los números del hispano-montengrino en los tres últimos compromisos de los de Illinois así lo reflejan. Apenas ha sumado 10 puntos y cogido ocho rebotes.

Pero, por su propio bien, Mirotic debe poner todo su empeño para encontrarse cada vez más cómodo jugando fuera. Pese a que ha cumplido con creces en la pintura (cosa que Thibs lo valora: "tiene una ventaja innata como 'cuatro' por su velocidad") cuando Taj Gibson, Joakim Noah y Pau Gasol se han visto mermados por las lesiones, tiene ante sí una feroz competencia en las posiciones interiores. Nada más y nada menos que dos all stars y el hombre de confianza del jefe (Gibson). Esta es una de las razones por las que el entrenador de los Bulls quiere que su nuevo pupilo juegue también por fuera. Un cambio que reside en la necesidad de intentar explotar sus notables capacidades ofensivas. Y defensivamente, ¿no perjudica esta circunstancia al tan exigente entremado defensivo del técnico? "Creo que podemos apañarnos. Está bien", contesta un Thibodeau que cruza los dedos para poder hacer de un superclase como Mirotic una amenaza tanto por dentro como por fuera. Habrá que seguir su evolución.