Bertans está en la última fase de su recuperación tras recaer de una rotura miofascial de grado uno de la porción larga del músculo bíceps femoral de la pierna derecha. "Estoy perfecto, ganamos partidos y por eso estoy muy contento. Ya puedo hacer casi todo, pero vamos a esperar una semana más para no recaer otra vez. Ante el Valencia no jugaré", avanza. Ha cambiado el método y ha probado con factores de crecimiento, lo que le ha ayudado a curarse mejor y más rápido, aunque quiere asegurarse de que se cierra por completo la rotura.

Se está dejando una poco poblada barba rojiza el escolta letón y la mantendrá hasta que vuelva a la acción. En algunas webs se ha especulado con su salida a Turquía, algo que zanja de raíz: "Es gracioso, mi agente me llamó para decir que hay equipos que han preguntado por mi y a todos ha dicho que no; y luego una página puso que me voy a Turquía. No os preocupéis, estoy aquí, quiero seguir disfrutando". Con su gracejo habitual confesó que gasta bromas con su hermano Davis por la ausencia del Baskonia en la Copa "pero no puedo decir de qué van, ja, ja, ja".

Cada partido se le hace más difícil estar fuera, vestido de paisano. "Los últimos minutos ante el Barcelona fueron muy complicados para mí. ¡Perderme eso! Fue increíble la segunda parte, lo mejor que he visto aquí en Miribilla". Apunta que la meta aún puede ser más ambiciosa: "No pensamos en la Copa, estamos contentos, aún faltan dos partidos para cerrar la primera vuelta; si los ganamos podemos ser primeros en la Liga, eso supone motivación. Es mi primera Copa y tengo muchas ganas de jugarla. Es importante ser cabezas de serie, no jugar contra los grandes". Estos días ha tenido tiempo de ver el partido ante el Madrid, una obra de arte por su parte, aunque fue cuando se lesionó: "Esos diez minutos fueron mejores de mi vida".

Su compañero Dejan Todorovic hizo el mate del año el domingo ante el Barcelona. A una mano, en la cara de Lampe. "Tenía una oportunidad y solo vi la canasta. Di dos botes, salté y me sorprendí a mí mismo, pero es lo que tengo. Quería despertar a la gente, nos apoyó mucho. Antes hacía estas cosas y me salió bien contra el Barcelona. Me conocen por hacer eso, es algún regalo de Dios, soy atlético, físico, con mucha energía. Tenía el objetivo de traspasar ese coraje a mis compañeros, el cuerpo técnico y la gente. Hacer eso a uno de los mejores equipos de Europa...".

El alero cedido por Unicaja va camino de ser un gran jugador. "Estamos con los pies en el suelo, ante el Barça hicimos cosas muy buenas que mucha gente no esperaba, nosotros mismos tampoco y nos salieron bien. No es fácil jugar aquí, ya lo saben los rivales. Me encanta cuando me dicen que soy una promesa. Trato de hacer cosas para que vean que no soy solo un joven jugador, sino que intento hacer lo de los mayores también. Me gusta tener responsabilidades, aunque aún no posea ese nivel para asumir muchas".