El CAI Zaragoza venció con comodidad en la pista del Gipuzkoa Basket (61-76) y se aseguró el último billete disponible para la Copa del Rey, que se celebra del próximo 19 al 22 de febrero en el Gran Canaria Arena de Las Palmas. Por lo tanto, los otros dos equipos que contaban con opciones de disputarla, UCAM Murcia y Río Natura Obradoiro, se quedan fuera.

Así queda virtualmente el cuadro de la Copa:

Cabezas de serie: Unicaja, FIATC Joventut, Real Madrid (tiene que ganar en Manresa) y Bilbao Basket (tiene que ganar al Unicaja).

Resto de participantes: Barcelona (debe esperar un tropiezo del Bilbao), Valencia Basket, Herbalife Gran Canaria y CAI Zaragoza.

Los zaragozanos dependían de sí mismos para cerrar los ocho pasajeros para la Copa y no dejaron pasar la oportunidad ante un GBC que va con lo puesto. Con Dean muy mermado por culpa de un proceso febril y Jordi Grimau de baja (sólo pudo hacer la rueda de calentamiento), el equipo de Ponsarnau es un tirillas. Un pobre mendigo ante diez jugadores enormes a las órdenes de Ruiz Lorente. El que menos juega es Pere Tomás, que sería capitán general en Donostia, con eso está todo dicho. Encima, Doblas, que es medio equipo donostiarra, se desquició ante Norel y, sobre todo, Katic, y Díez no tuvo su mañana (al final se dedicó a maquillar sus números).

Los aragoneses estarán en Las Palmas. El año pasado ya dieron juego en la cita de febrero, tras eliminar al anfitrión Unicaja, aunque luego fueron arrasados por el Madrid. En Illunbe fueron un bloque sólido, que fue desgastando al famélico adversario y cuando metieron la cuarta velocidad, tras el descanso, vieron al GBC por el retrovisor. El pabellón guipuzcoano celebró la fecha más señalada de Donostia. Disfrutó con la tamborrada de Sheshenarena, haciendo sonar sus tambores y barriles en un preludio de lo que se vivirá en la ciudad en dos días. El partido fue horrendo en el primer tiempo, con porcentajes paupérrinos. Huertas, que ha llegado de la LEB Oro, estuvo acertado y se coló en el gran día de Robinson: el alero del CAI fue ovacionado por un público que no olvida su brillante año pasado, en el que fue segundo máximo anotador de la ACB y el que más minutos jugó de la Liga (casi 34 minutos).

Katic empezó a causar estragos en el poste bajo, de espaldas en esa jugada que siempre culmina sobre la derecha, ante un inocente Olaizola que hizo tres faltas en tres minutos. Le faltaba al GBC la presión en las líneas de pase sobre los cincos rojillos, el colapso en la línea de fondo… y el choque era un tostonazo con muchas faltas al ganar la posición, en el cinco de espaldas al recibir, en balones poco claros por abajo… Landry fue el más clarividente, el mejor de largo.

Un 0-6 de salida tras el parón largo puso la proa al partido y al CAI camino de Las Palmas: 26-37, tras un minuto y medio consumido del tercer acto. Luego la ventaja se estiró a 37-58. Doblas, impotente, desfiló por faltas y le castigaron con técnica. De camino al banquillo se quitó la camiseta y empezó a agitarla como un poseso cuando se sentó con sus compañeros. El GBC amagó una reacción (46-61, con gritos de “sí se puede”), pero cualquiera le quitaba el pasaje a Canarias al CAI. Desde su fuerza interior, luego equilibrada con los tiros de Robinson, empaquetó el partido que le hacía falta para no depender de otros.