Maccabi 90 - Real Madrid 86

El Madrid vuelve a estrellarse contra la energía del Maccabi

Excelente primer tiempo del equipo blanco, que cayó tras el descanso en la trampa del competitivo Maccabi. Récord de rebotes sin premio para un gran Felipe Reyes.

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El Madrid empezó a lo grande, pero se diluyó por el camino. Otra vez abatido por el Maccabi en el tramo final, frenado por el muro amarillo de la intensidad, el de la capacidad atlética made in America y el de la velocidad y movilidad continua. El campeón de Europa. Ese que no entraba en los principales pronósticos hace un año y que esta temporada anda también medio fuera medio dentro de las quinielas; pero que siempre está ahí, reclamando su cuota de protagonismo cuando el sol calienta.

El Madrid volvió a perder con el campeón israelí ocho meses y once días después. No hubo desquite, aunque la victoria tampoco se lo hubiera dado. Revanchas de semejante calado necesitan volver al escenario del crimen, con un título en juego. Lo que sí nos dijo el duelo, el número 51 entre estos dos colosos europeos (29-22 para el Real), es que el Maccabi no alzó el trofeo por casualidad y que la derrota blanca en Milán no fue como marrar un gol sin portero.

Es la cuarta batalla entre ambos en apenas un año y todas se han decidido sobre la campana del última asalto. El primer combate de los cuatro lo resolvió Llull con sus triples, el segundo lo perdió Tyus desde la personal tras un error de bulto de Slaughter, el tercero (la final) se alargó hasta la prórroga y el de este jueves estuvo a un robo de balón de otro tiempo extra (iban 88-86 tras triple de Llull y Slaughter rozó la recuperación en medio campo).

El desenlace, y la impotencia blanca ante la hiperactividad local, nos recordó a Milán. Y también el buen inicio madridista, cuando la cabeza mandaba más que las piernas. Cuando tiraba de las riendas. Pero el caballo se desbocó y los de Laso se vieron atrapados por una energía que les envolvió y les paralizó. Agotaron ideas por su pésimo día en el lanzamiento. Habían arrancado con 3 triples de 4 intentos, pero fallaron 20 de los 22 siguientes. De anotar 54 puntos al descanso a añadir sólo 31 en la segunda parte con un parcial de 22-6 en 8 minutos que les rompió el espinazo (del 59-67 al 81-77).

Felipe Reyes iba para héroe y terminó con récord pero sin premio. Firmó 20 puntos, 35 de valoración y 11 capturas para convertirse con 1.288 en el máximo reboteador en la historia de la Euroliga. Como el equipo (solidario y brillante en el pase), fue a menos. Guy Goodes se equivocó al emparejarle con bajitos; rectificó a tiempo y reinó su Maccabi. Y reinó la fuerza del uno contra uno. La de Pargo, la de Haynes (5 de 8 en triples), la de Landesberg (16 puntos) y, sobre todo, la del mejor Schortsanitis posible.

Big Sofo aguantó 25 minutos en pista (quizá no se repita en lo que queda de competición) y se despidió con 17 puntos y 8 rebotes. Su estampida tumbó a Ayón (luego se rehízo, aunque falló alguna canasta hecha) y situó a Bourousis con cuatro faltas. Desequilibró la balanza pese a que el juego entre pívots blanco le puso en aprietos atrás. A su lado, la clase de Devin Smith. Un seguro de vida. Si intentaran copiar en un examen, sería el compañero perfecto. Apenas se equivoca y siempre está presto a echar una mano. Al Madrid más solidario (hasta 23 asistencias) le doblegó su mala puntería. Unos cuantos muy buenos minutos no bastan ante la energía del campeón. Se necesita un partido redondo, con Sergio y Rudy más metidos. Tan redondo y grande como Sofo. Primera derrota blanca en este 2015 (8-1) a manos de un Maccabi que le da caza en el primer puesto. Y el jueves, el Barça. Más madera.