Dani Díez: “Felipe me dio cada día un máster sobre rebotes”

No es fácil pasar del equipo que volaba sobre las canchas ACB el año pasado a un Gipuzkoa que tiene que exprimirse al máximo cada domingo para rascar victorias. Dani Díez tuvo otras opciones, la más fuerte la de Bilbao para reunirse de nuevo con Sito Alonso,­ pero se decantó por una ciudad conocida. “Estoy muy a gusto, y eso que la anterior etapa hace dos años no acabó bien, porque descendimos (luego no se consumó porque por cuestiones administrativas no hubo ascensos). Me sentía un poco en deuda. Me gusta el ambiente que hay en Donostia. Conocía la directiva, la plantilla, la ciudad... Sito me dio mucho impulso, pero también estoy muy bien con Jaume (Ponsarnau)”, explica el alero madrileño­.

Díez marcha tercero en la tabla de reboteadores de la Liga, prácticamente empatado con el líder Tavares (Granca). “Mis pares no van tanto al rebote como yo, porque yo suelo ser más alto, y atrás voy con potencia, de fuera a dentro”, expone. Parte de su secreto reside en el año que jugó en el Madrid: “Aprendí del mejor: Felipe (Reyes). Cada día me daba un máster en coger rebotes. El secreto es poner ganas. Dar el cien por cien cuando vas a ello, como él”.

Precisamente fue Reyes el que evitó que en la historia de la ACB figurase un alero como máximo reboteador en una temporada. Lo rozó Carlos Jiménez en la 2005-06. El ahora secretario técnico del Unicaja elogia la pasión que pone Dani bajo el aro y éste le devuelve el cumplido: “Que hable así de mí un jugador que lo ha sido todo, el espejo en el que nos miramos muchos, es un honor”.

El ídolo de Dani Díez es Nocioni. “Es una pena no haber coincidido con él por un año. Representa todo lo que me gustaría ser”. Y apunta que el mejor partido en el que ha estado jamás es aquel Madrid-­Barça de semifinales de la pasada Euroliga. “Era un Madrid galáctico, pero las lesiones nos castigaron y llegamos cansados a las finales”. Llull era su mejor amigo, pero también tiene una gran relación con Reyes, Sergio y Carroll. “Fue duro jugar tan poco, pero volvería a repetir la experiencia con los ojos cerrados. Crecí mucho”. Ahora sueña con ser el mejor joven de la ACB y asentarse en la Selección. Acaba contrato y no explora mucho el futuro: “Ojalá pueda volver al Madrid, pero con un papel importante”.

Gipuzkoa nunca ganó en Madrid

El Gipuzkoa persigue una hazaña: ganar por primera vez en su historia en la cancha del Madrid. Marcus Slaughter, que ayer rompió un tablero en el entrenamiento y se fotografió con él, sigue sin ficha en la ACB y Salah Mejri­, que no estuvo en Tel Aviv, ocupa su sitio.