REAL MADRID 85 - CAI ZARAGOZA 73

Rudy Fernández levanta a un Real Madrid en apuros

Gran partido del CAI, que tuvo al Madrid asustado. El alero (16 puntos y 25 de valoración), junto a Rivers y Ayón, lideraron una reacción fantástica: 15-0.
Real Madrid-Panathinaikos: Euroliga 2018

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Decía alguien del CAI que a fuerza de perder con el Madrid en las eliminatorias iban a parecer los Washington Generals, equipo mundialmente famoso por su racha histórica de tropiezos en las exhibiciones ante los Globetrotters. Vamos al caso maño: derrota en la Supercopa 2012, en los dos últimos playoffs ligueros y ya también en las dos últimas Copas. La realidad es tenaz, pero a diferencia de hace un año en Málaga (54-37 al descanso), aquí hubo tomate.

Bonito duelo, otro más de una gran Copa. Y magnífico el juego del CAI, que corrió, se pasó el balón y fue al aro a morder. Soñó con la hazaña durante dos cuartos y medio; no le dio. Le faltó arsenal. Y temple ante el derrumbe. Y quizá, y eso ya es mucho pedir, le faltó un Rudy. El mallorquín, junto a la versión más contundente de Rivers y de Ayón, lideró el toque de generala. Firmaba 16 puntos y 27 de valoración aún en el tercer cuarto, en cuyo inicio el Real iba perdiendo por siete: 39-47. Siete abajo metiendo el 61% de sus tiros de dos (13 de 21).

El problema era defensivo, de rebote. Claro como el agua. Los pívots blancos, con Bourousis a la cabeza, llegaban tarde y mal a cada balón dividido. O nunca. Rudy ya era entonces el máximo reboteador. Un bajito que trataba en vano de frenar el estropicio del holandés errante, de Henk Norel, un pirata en zona ajena. Hasta 6 capturas en ataque. Y no es ese el fuerte del CAI, así que apuntemos también a debilidad blanca.

Esta vez el inscrito Slaughter no fue factor. Tenía más rechaces que atrapar que circulaciones de balón que frenar, su virtud estrella. A todo lo que hizo bien el CAI, añadan la presión del favorito en el estreno. Que existe, no es leyenda. Sergio no daba una asistencia, mandaba lo individual. Dudo, luego pierdo. Y en esas, Laso se volvió al banquillo y reclamó energía, coraje, fuerza… Al tiempo, en la pista, Ayón saltaba a comerse el aro. Matazo. Le siguió un triple de Rivers más tapón posterior (acierto casi pleno del americano, buena defensa sobre Goulding y personalidad) y otra diana de tres de Rudy: 8-0 en 60 segundos, 15-0 en 3:30 y 30-15 en ese cuarto. Carroll participaba de la fiesta y Nocioni no (cuatro faltas en tres minutos). Volvían los Globetrotters cuando de verdad temían perder. No fue reacción impostada.