El UCAM Murcia evitó el póker de victorias consecutivas del Baloncesto Sevilla con un juego arrollador que no terminó de reflejarse en el marcador final, 83-96, por la labor de maquillaje que los locales hicieron en el último cuarto, aunque por momentos la distancia llegó a rondar los 30 puntos.

Diego Ocampo y Scott Bamforth volvieron a la que fuera su casa y fueron recibidos con sendas ovaciones, aunque entrenador y escolta se encargaron de demostrar a los nuevos responsables de la entidad sevillana el error de bulto que cometieron al considerar que ninguno daba e nivel para formar parte del proyecto de esta temporada. El planteamiento de Ocampo, sobre todo en el primer cuarto, no permitió casi ni tirar a los locales. Bamforth cogió su fúsil, mientras que los yankees sevillanos ni estuvieron ni se los esperó. Curioso que un fondo de inversión norteamericano reforzara al Baloncesto Sevilla con compatriotas de tan ínfimo nivel.

Dos minutos y medio tardó el Baloncesto Sevilla en meter su primera canasta y otros cinco en la segunda. Mientras, el UCAM las hacía de todos los colores entre Neto, Bamforth y Kelati. 13-31 fue el resultado del primer parcial y con un 33-51 se llegó al descanso. Hubo una mínima reacción local al principio del segundo cuarto pero la pizarra de Ocampo la sofocó con rapidez. Sólo Hernangómez tiró del carro local, logrando acabar el partido como máximo anotador con 23 puntos. Radovic, con 18, lideró a los murcianos.

La tónica del tercer cuarto no cambió, aumentando incluso los murcianos su distancia en el marcador, mientras que el cuarto definitivo sirvió simplemente para maquillar el luminoso. Además, para terminar, Ocampo sustituyó a Scott Bamforth, que se llevó una ovación cerrada del pabellón que acto y seguido pidió la dimisión de los gestores del club, especialmente de José Luis Galilea. Los sevillanos siguen sin poner tierra de por medio con los puestos de descenso mientras que los murcianos siguen en la lucha por llegar al play off por el título.