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Cavaliers: Cleveland quiere dejar ya de ser la ciudad maldita

En junio, los Cavaliers se quedaron a dos triunfos del anillo a pesar de una plaga casi bíblica de lesiones. Con todos a punto, son sin duda uno de los grandes favoritos.
Final en vivo: Cavs vs Celtics, juego 6

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Cavaliers: Cleveland quiere dejar ya de ser la ciudad maldita
Bob Donnan USA Today Sports

Kevin Love se lesionó en primera ronda de playoffs ante los Celtics. Kyrie Irving, en el primer partido de la final. Y sin ellos, dos tercios del nuevo big three de LeBron, los Cavaliers se quedaron a sólo dos triunfos de su primer anillo de campeones tras una final en la que llegaron a tener 1-2, y con caras de profunda preocupación, a unos Warriors pluscuamperfectos que supieron recuperar el pulso para enlazar tres triunfo seguidos: la gloria.

La final dejó un inevitable aroma a “qué hubiera pasado si…”, hasta tal punto que, en las casas de apuestas, los Cavaliers eran favoritos para el anillo 2016 cuando los Warriors estaban celebrando el de 2015. Flotaba en el ambiente el esfuerzo hercúleo de LeBron ante un rival superior. Un LeBron que suma cuatro derrotas en seis viajes a las Finales, cinco de ellos seguidos para una certeza ya absoluta: su equipo es un año más muy favorito para ser campeón del Este, con él como absoluta vara de medir en el lado del Atlántico, pero su legado no se puede permitir más finales perdidas cuando se debate, y ya es inevitable hacerlo, su lugar entre los grandes de la historia. Más: Lebron ha jugado ya doce extenuantes temporadas NBA (911 partidos de Regular Season y, dato fundamental, 178 de playoffs). En diciembre cumple 31 años y, aunque obviamente es mucho más que una prodigiosa montaña de músculo, su juego depende mucho de su habitual superioridad física. LeBron, en definitiva, no debería dejar escapar muchas más oportunidades en su recurrente sudoku: prolongar su dictadura en el Este y prepararse para el gigante descomunal que inevitablemente llegará a la Final desde la Costa Oeste.

Lo que resulta evidente es que los Cavs tienen la mano ganadora en su Conferencia y uno de los mejores equipos de la NBA. También el más caro de la historia. La renovación de Tristan Thompson (82 millones por cinco años), pone a los de Ohio por encima de los 112 millones de dólares en salarios para la próxima temporada, más de lo que pagaron sin contar impuesto aquellos Nets de Pierce, Garnett, Brook Lopez, Joe Johnson y Deron Williams. Con el salary cap en 70 kilos, la cifra total con el impuesto incluido supera los 186.

Más presión para LeBron y sobre todo para David Blatt aunque, siempre es así, todo se dará por bueno si finalmente llega el soñado título. Para eso han aterrizado dos veteranos como Richard Jefferson y un Mo Williams que puede tener un rol importante desde el banquillo.

Juego exterior

Los Cavaliers empiezan y acaban en LeBron James, que juega de base-escolta-alero-ala pívot según las necesidades del equipo y el partido. Blatt trató de instalar un ataque colectivo y móvil que pasó a depender en exceso del Rey hasta que se reencontró con una brillante circulación de balón y distribución de espacios. La optimización de LeBron es obvia: rodearle de tiradores y dejarle espacio en la zona más allá de un pívot que sepa continuar con energía los bloqueos (Mozgov). Dicho todo esto, el mejor jugador de la Liga cuenta como principal escudero con Kyrie Irving, a su vez uno de los mejores bases de la NBA y que dejó claro en el primer partido de la pasada final que, a pesar de los malos años colectivos que precedieron al regreso de LeBron, es también un competidor salvaje. Irving es un demonio en el uno contra uno y una válvula de escape ideal para un ataque que sin él resulta mucho más unidimensional.

El resto de la rotación exterior está formada por piezas que funcionan si están bien ensambladas y bien utilizadas: Shumpert defiende y anota tiros liberados, Dellavedova es un jugador limitado pero duro de roer y JR Smith derrocha talento pero también unas deficiencias anímicas que le dejaron en fuera de juego ante los Warriors y cuando más le necesitaba un equipo que boqueaba sin apenas respuestas ofensivas. Mo Williams llega como base veterano y tirador: otro jugador muy aprovechable.

Juego interior

Si los Cavaliers realmente quieren competir en igualdad de condiciones con los gigantes del Oeste, necesitan profundidad y estabilidad de su juego interior. Y rebote, uno de sus puntos débiles la temporada pasada. La recuperación de Kevin Love es la obvia buena noticia entre las dudas que generan el regreso del híper profesional Varejao (33 años muy castigados por las lesiones) y la millonada (82x5) que se va a embolsar Tristan Thompson, un obrero de las zonas al que LeBron quería a su lado a toda costa y cuyo nuevo contrato (literalmente: a toda costa) dispara el payroll de los Cavs a números insostenibles más allá del corto plazo. Para la franquicia, muy hipotecada con los salarios de sus súper estrellas, valen más la estabilidad del vestuario y la sonrisa de LeBron que las cualidades del canadiense: sudor, músculo y tan poca sensibilidad con la bola en las manos como imán para capturar rebotes de ataque.

Asumiendo que LeBron jugará muchos minutos como ala-pívot, real o falso en quintetos pequeños, los Cavs cuentan con la eficacia de Mozgov y la baza de Kevin Love, ideal para aligerar el tráfico en la zona y abrir espacios al propio LeBron y a Irving, un penetrador letal. Tras una difícil adaptación después de ejercer de indiscutible jugador franquicia en los Timberwolves, su reconversión en un escudero de nivel All Star es otra de las grandes bazas de crecimiento de estos absolutamente lujosos Cavaliers.

Claves

1. Durante la pasada campaña, los Cavaliers atacaron muy bien en cuanto llegaron Smith, Mozgov y Shumpert, y defendieron bien en playoffs. Si unen ambas cosas con consistencia, defensa y ataque, serán todavía más temibles. Y más si David Blatt asienta su algo irregular autoridad sobre el grupo.

2. En la final, a los Cavs les faltaron playmakers, jugadores capaces de generarse sus puntos más allá de lo que producía LeBron. Para eso necesitan, obviamente, que Love y sobre todo Irving se mantengan sanos. Y que funcione Mo Williams, un fichaje que les puede resultar muy productivo.

3. Es obvio: LeBron James. Es el alfa y omega de estos Cavaliers, sus Cavaliers, y todas las cuentas que sitúan al equipo como uno de los grandes favoritos al anillo pasan porque el alero-base-escolta-ala pívot se mantenga en su nivel. Que es, simplemente, el de uno de los mejores de la historia.

Entrenador: David Blatt

Tras triunfar en Europa, Blatt llegó a la NBA como avanzadilla en cargo de head coach del baloncesto FIBA y arrancando casi desde cero. Después, lo que iba a ser una franquicia en reconstrucción se convirtió en instantánea aspirante al anillo con la llegada de LeBron y Love. Blatt sorteó un año muy difícil, en el que se cuestionó su ascendencia sobre sus estrellas y en el que tuvo que cambiar de hoja de ruta sobre la marcha, con un pie fuera cuando la cosa estaba 19-20 casi a mitad de temporada. Las piezas encajaron y los Cavaliers se quedaron a dos triunfos del anillo: bendición para un técnico que, derechos y deberes de entrenar a LeBron, será cuestionado en cuanto su equipo no tenga aroma a campeón.

Estrella: LeBron James

El mejor jugador de su generación y ya uno de los grandes de la historia jugará con ganas de venganza tras dos finales seguidas entregadas a Spurs y Warriors. En total, cuatro perdidas en seis intentos. Una cifra que su legado no se puede permitir. El Rey quiere más. Mucho más.