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Golden State Warriors: un campeón perfecto que lo tiene todo para repetir

Química, estrellas en su mejor edad, una defensa excelente y uno de los ataques más estéticos de la historia: los Warriors son el campeón y el gran favorito al título.

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Golden State Warriors: un campeón perfecto que lo tiene todo para repetir
TIMOTHY A. CLARY AFP

Un equipo ante el reto de volver a ser perfecto, ante la obligación de no ser un one hit wonder, una de esas bandas de un atronador pero único éxito. A la jauría que les persigue (Cavs, Spurs, Rockets, Clippers, Grizzlies, Thunder…) los Warriors añaden el peligro del vértigo, la certeza de que difícilmente todo volverá a salir tan perfectamente bien como en su histórica temporada 2014-15. Las lesiones, por ejemplo: de los ocho principales jugadores de su rotación, sólo uno se perdió más de seis partidos. Y fue un Andrew Bogut que pasó de ser un habitual de la enfermería a jugar 67 encuentros. No es sólo cuestión de suerte, claro: Stephen Curry fue un MVP que se conservó fresco como una lechuga porque no tuvo que pisar la pista en más de 20 últimos cuartos porque su equipo había dejado prácticamente finiquitados los partidos en el primer tiempo.

Por lo demás, y a diferencia por ejemplo de los Mavericks campeones en 2011, nada hace pensar que los guerreros de Oakland no partan como rival a batir y favoritos en pole position para repetir título; Por muy poderosos que sean (lo son) los que se rearman para asaltar su trono. En un movimiento crucial con el que cubrieron su escueta lista de tareas del verano, aseguraron la continuidad de Draymond Green (25 años, 82 millones por cinco temporadas) dentro de un bloque que, asusta pensarlo, todavía tiene margen de mejora por la edad de sus piezas claves.

Tan sólo se ha ido David Lee, en clara retirada aunque prestó un servicio importante en la final, y llegan a cambio un Jason Thompson que puede ser un jugador de rotación importante en el ecosistema adecuado: exactamente el que sabe crear Steve Kerr. También el interesante rookie Kevon Looney. Así que los Warriors perfectos regresan con todo su poder. Los de las 83 victorias entre Regular Season y playoffs (tercera mejor marca histórica), los de las diferencias de puntos y ratings sólo comparables a las de los Bulls de Michael Jordan, los del jugador de rol (Andre Iguodala) que acaba siendo MVP de las Finales tras obligar a LeBron James a sudar la gota gorda y promediar además más de 16 puntos y 4 asistencias por partido. El equipo que solventó a base de ajustes y baloncesto impenetrable dos peliagudos 1-2 (ante Grizzlies y Cavaliers) en unos playoffs en los que anotó 240 triples. Más experto, más compenetrado y con su caldera del Oracle Arena (39-2 como local en la última Temporada Regular) lista para rugir de nuevo. Sí, son los favoritos al anillo. Seguro.

Juego exterior

Stephen Curry y Klay Thompson: los Splash Brothers. Sencillamente, el mejor backcourt de la NBA y dos ametralladoras que la pasada temporada anotaron 525 triples en Regular Season y 155 en playoffs con un promedio conjunto del 42%. Una lluvia constante de tiros casi indefendibles por circulación vertiginosa o por puro talento individual. Un aguacero que cala a cualquier rival y que dio al escolta (que en enero y ante los Kings anotó 37 puntos en un cuarto) galones de All Star y al base de MVP. Curry fue elegido mejor jugador de la última temporada y acabó con el debate batiendo clínicamente a los otros cuatro integrantes del Mejor Quinteto en otras tantas rondas de playoffs: Anthony Davis, Marc Gasol, James Harden, LeBron James.

Curry tiene 27 años y Thompson 25, así que no sólo no deberían pisar el freno sino que podemos asistir a una versión todavía más estruendosa de ellos (difícil en el caso de Curry). A su lado, motor de uno de los mejores ataques de la historia de la Liga, un lote maravilloso de secundarios que fueron determinantes en la consecución del título: Harrison Barnes, un alero que todavía no ha explotado su enorme potencial; Shaun Livingston, de estrella en ciernes a escudero ideal tras un trago devastador con las lesiones; los puntos que le quedan en el zurrón a Barbosa… e Iguodala, claro. MVP de las últimas Finales que seguirá con su rol de sexto hombre. ¿Quién da más?

Juego interior

Si la metralla de los Splash Brothers es el arma atómica de los Warriors, su versatilidad y profundidad es su verdadera seña de identidad. Un equipo que acabó ganando la final con quintetos pequeños pero que sorteó en los playoffs del Oeste a Anthony Davis, Dwight Howard y la pareja Randolph-Gasol. Andrew Bogut, número 1 del draft en 2005, desapareció de la rotación cuando hubo que cambiarle el ritmo a los Cavs de LeBron pero fue determinante durante la temporada. Por defensa y por su excelente sentido del juego. Junto a él, Draymond Green ha crecido hasta convertirse en el ala-pívot ideal para un equipo así y, en muchos sentidos, también para la actual NBA. Uno de los primeros millonarios paridos por las nuevas mediciones analíticas.

Green ha sacado 82 millones bien sudados a unos Warriors que le necesitan como bisagra, jugador integral de la defensa al ataque. Fue número 35 del draft de 2012, en el que también llegaron Harrison Barnes (número 7)… y Festus Ezeli (30), una fuerza de la naturaleza que será agente libre restringido el próximo verano y que aspirará a medio plazo, si sigue creciendo… y si sigue en la Bahía, al puesto de pívot titular. El gran cambio, además de la llegada del rookie Kevon Looney (buena muñeca e instinto reboteador) es la salida de David Lee y la entrada de un Jason Thompson que puede aportar físico, rebote y versatilidad entre los puestos de cuatro y cinco.

Claves

1. En pretemporada, Draymond Green ya avisó de que no veía al equipo con los cinco sentidos en los amistosos. Evitar el empacho, morir de éxito, es una de las obligaciones para un bloque que llegó a sentirse imbatible el curso pasado. Y para lograrlo, el propio Green será una figura clave.

2. Andrew Bogut se mantuvo excepcionalmente sano la temporada pasada. El pívot, con un temible historial de lesiones, representó como nadie la suerte que tuvieron los Warriors. Que eso no cambie será vital para un equipo en el que Curry también dejó muy atrás sus problemas de tobillo.

3. Con todo lo que demostraron en su camino hacia el título, los Warriors tienen margen de mejora. Y parte de sus opciones de ser mejores pasan porque Green se asiente como candidato a All Star y porque den otro paso al frente Barnes y Ezeli. Los tres llegaron a la NBA en el draft de 2012.

Entrenador: Steve Kerr

Una de las grandes historias de la pasada temporada y el primer técnico campeón en su primer año como head coach en la NBA… desde Pat Riley con los Lakers de Magic Johnson en 1982. Nacido en Líbano pero californiano de adopción y vocación, dejó un contrato sin firmar con los Knicks de Phil Jackson cuando aparecieron en su camino estos Warriors cuyas posibilidades infinitas ha sabido explorar y desplegar. A base de una mezcla perfecta de baloncesto moderno y clásico y de una visión heterodoxa de su trabajo que incluyó contratar al psicólogo de las unidades de elite del ejército americano. Kerr, que jugó a las órdenes de Phil Jackson y Gregg Popovich, es el rostro feliz de una nueva era en los banquillos NBA.

Estrella: Stephen Curry

Un jugador de dibujos animados, con un manejo de balón casi sobrehumano y uno de los lanzamientos más letales de toda la historia de la NBA. Merecido MVP de la Regular Season e integrante del Mejor Quinteto, cedió el trono de mejor jugador de la final a Andre Iguodala.