GUÍA NBA | INDIANA PACERS

Indiana Pacers: Paul George, el ave que resurgió del fuego

Se han ido Hibbert y David West, anclas del equipo que aspiró a reinar hace no tanto. Y los Pacers quieren, para volver a competir, cambiar el paso y ser un equipo más alegre.

0
Indiana Pacers: Paul George, el ave que resurgió del fuego
Brian Spurlock USA Today Sports

"Me gusta mucho la manera en la que están jugando mis chicos. Estoy emocionado”, declaró Frank Vogel tras una victoria esta pretemporada. Emocionado. Esa puede ser la palabra que mejor defina el sentimiento que despierten estos Indiana Pacers tras una pasada temporada larga y pesada que se vio destrozada antes de empezar por la grave lesión en agosto de 2014 de Paul George, que sólo pudo jugar seis partidos al final del curso. Tras la caída del alero y las salidas de Lance Stephenson y con David West desaparecido, todo en los Pacers se derrumbó. Se pasó de dos finales de Conferencia seguidas a novenos en el Este, empatados con el octavo, a un golpe de suerte de unos playoffs que rondaron siempre. Pero estaba escrito que ese no era su año.

Con Hibbert desaparecido y un quinteto de urgencia, Vogel puso sobre la mesa todo lo que tenía y no era mucho. Stuckey, West, Solomon Hill (el único en Indiana que disputó los 82 partidos de Temporada Regular)... Ni George Hill pudo estar a la altura de esta ‘Caída de los Gigantes’ estilo NBA. Pero ahora el rumbo se vuelve a retomar con claras aspiraciones de entrar en playoffs primero y luego... Los que está claro es que la diferencia en el estilo de juego entre los Pacers que se enfrentaban de tú a tú con los Heat de LeBron James y los actuales es abismal. Adiós al juego interior de muchos centímetros y kilos con las salidas de Hibbert (Lakers) y West (Spurs), pues ahora lo que se lleva es la rápidez. La movilidad, las transiciones vertiginosas. Y ahí es donde reside la fuerza de estos nuevos Pacers que se han movido bien en el mercado: Jordan Hill desde Los Ángeles, Myles Turner (18,7 puntos en la Summer League) en el draft, Chase Budinger vía Minnesota y, sobre todo, Monta Ellis.

El ya exjugador de los Mavericks está de vuelta en la Conferencia Este con el objetivo de volver a un All Star diez años después del último. Mucho tiempo. Algo insólito por la calidad de un jugador mayúsuculo, capaz de desesperar a Carlisie en Texas pero también de crear esperanzas de una nueva era en Indiana. Su aportación quitará peso en la monolítica dirección de George Hill y permitirá una mayor improvisación en unos ataques donde Paul George seguirá siendo amo y señor de las operaciones con una diferencia sustancial: parece que dejará su hábitat natural de alero para ocupar el espacio del ala-pívot abierto, una posición en la que se siente incómodo y que ha dicho preferir “ni oler”. Pero la idea es buena y él, ya recuperado tras su grave lesión, la aceptará con la mira puesta en el MVP.

Juego exterior

Frank Vogel se encuentra ante un tema espinoso a la hora de configurar su línea exterior: contar o no con Paul George en esa parcela tan importante en el baloncesto NBA actual. Elegir al californiano significa ganar no sólo en la faceta ofensiva por su tiro a media y larga distancia, y su potencia en la zona, sino también en defensa. Es asombrosa su capacidad para limitar a ala-pívots, aleros e incluso escoltas. Es el paradigma LeBron: nadie quiere atacar por donde ronde él. Su ausencia, de todos modos, puede ser paliada en el plano anotador por la llegada al Medio Oeste de Monta Ellis (18,9 puntos por partido la pasada temporada) y Chase Budinger (36,4% en tiros de tres), que se unen a la convulsa obsesión lanzadora de Rodney Stuckey y el estajanovismo colectivo de C. J. Miles.

La combinación de todo eso pueden ser sólo retoques o la estocada perfecta para entrar en playoffs. En esa duda reside la belleza de esta unión en unos Pacers que continuaron la pasada temporada con ese toque tan Vogel de anotar muy, pero que muy poco y recibir aún menos tantos. El año pasado no llegaron a los 100 puntos por encuentro (97,3 puesto 24º de la Liga), pero a la vez no permitieron que la centena de tantos se anquilosara en su contra: 97. Tercera mejor defensa (empatada con los Spurs), aunque empeorando los increíbles números conquistados en el pasado: 92,3 (2013-14), 90,7 (2012-13) y 94,4 (2011-12).

Juego interior

A costa de ser muy, muy repetitivo (disculpen las molestias), pero aquí, en la zona de Indiana, debemos hablar de nuevo de Paul George. Es el alfa y omega de esta franquicia, y al igual que el small ball, inunda todo el sistema de juego del equipo y la zona interior pacer no iba a ser una excepción. La salida de West y Hibbert permite una nueva versión 2.0 de los Pacers. Con West en el equipo, algo se adelantó. Podía salir a media distancia y lanzar con peligro, pero si al final se cuenta con George de ala-pívot, los metros se desplazarían hasta la línea de tres puntos. Y con eso se gana mucho. Se gana una nueva forma de jugar, necesaria por los menores centímetros y kilos de los nuevos pívots de la plantilla.

Con Mahinmi, Allen y Hill no se puede plantear la guerra de guerrillas de antaño gracias a la cual el bloque de los Pacers coqueteaba con la opción de ser una de las mejores defensas de la historia de la NBA. Con este frontcourt no se puede hacer los partidos tan broncos como manda el manual del buen estilo en el Este. Ahora toca algo distinto. Correr en ataque en vez de un estático enfermizo. Sudar por el rebote en lugar de dejar que caiga en tus manos. Aunque al margen de buenas intenciones y siendo serios, salvo Hill (uno de los mejores en los Lakers en su aciaga campaña pasada con 12 puntos y 7,9 rebotes de media), el nivel es bastante bajo. Mucho deben sudar para que el barco llegue a buen puerto.

Claves

1. Las ansias de Paul George por volver a ser el de antes pueden ser un problema, mayor si el equipo no quema etapas de forma positiva durante la temporada. Demasiado poder para él, demasiada iniciativa, es un arma de doble filo en las manos de uno de los mejores jugadores NBA.

2. La incertidumbre con Monta Ellis siempre está presente. ¿Qué clase de jugador será en los Pacers? Su carácter y sus ganas de jugar en un equipo sin aspiraciones reales a ganar el anillo le pueden llevar a la desidia y al enfrentamiento con cualquiera. Pero sigue siendo muy bueno.

3. Conocer la realidad del momento es fundamental para no dar pasos en falso tanto en el presente como en el futuro. Estos Pacers no son los ogros que asustaban al LeBron de Miam, pero tampoco los que pasaron el rato el pasado año. Son un nuevo equipo que necesita tiempo.

Entrenador: Frank Vogel

Frank Vogel (21 de junio de 1973, Wildwood, Nueva Jersey) es la imagen del sueño americano versión baloncesto. Escalando desde lo más bajo, alcanzó el puesto de entrenador jefe de los Pacers. Comenzó como coordinador de vídeos de los Celtics, donde después se convirtió en asistente. Posteriormente fue ojeador de Lakers y Wizards. Su aterrizaje en Indiana fue 2007 de la mano de Jim O’Brien, con quien había coincidido en Massachusetts. Cuatro años más tarde, y con un balance 17-27, tomó el equipo para clasificarlo para los playoffs por primera vez desde 2006. Con un estilo muy del Este, Vogel logró en su primer año completo el mejor arranque de la historia de la franquicia. Su balance hasta el momento es muy positivo: dos finales de Conferencia en cuatro años y medio.

Estrella: Paul George

La grave lesión del verano de 2014 (fracura de tibia y peroné) sólo permitió a Paul George disputar seis partidos la pasada temporada. Este año, en plenas condiciones, su deber es reivindicarse como uno de los mejores jugadores de la Liga estadounidense. Objetivo: MVP.