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Milwaukee Bucks: de la nada a la reconstrucción soñada

Los Bucks ya son algo más que un eterno proyecto de equipo. Ahora, con Kidd como señor del banquillo y jovenes estrellas, el equipo tiene la oportunidad de hacer algo grande.

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Milwaukee Bucks: de la nada a la reconstrucción soñada
Fernando Medina DIARIO AS

¡Qué lujo ser Jason Kidd! Los Bucks ya no son ese equipo de Wisconsin donde perder era la tónica habitual. Algo ha cambiado en Milwaukee. Tanto que Greg Monroe (un 15-10 cuyo techo aún está por alcanzar) plantó los lujos y el glamour de los Lakers o Knicks por esta franquicia. Sí, la misma que en abril de 2014 cerró el curso en las catacumbas de la Liga con un desolador balance de 15 victorias por 67 derrotas. Entonces, ¿cómo explicar en año y medio semejante metamorfosis? Para empezar conviene hablar de ilusión, la que trae la llegada de un nuevo grupo de propietarios con ganas de devolver al equipo sus tiempos de gloria. En segundo lugar hay que tener también algo de suerte (y también buscarla, claro está) para hacer que las piezas confluyan en el lugar y el momento adecuado.

A partir de estos dos ingredientes, todo se antoja más fácil. Y más cuando has sabido moverte con habilidad en el mercado y tus elecciones de draft han sido las acertadas. En Milwaukee han optado por tomar decisiones arriesgadas: apostar como técnico por un Kidd que se dio una pequeña bofetada en Brooklyn durante su estreno, cortar el millonario contrato de Larry Sanders o traspasar al base titular –Brandon Knight– para incorporar al hasta no hace mucho último Rookie del Año: Carter-Williams. Pero cuando las cosas van rodadas todo parece salir de cara. Por supuesto, que nadie espere que lo ciervos vayan a ser candidatos este año para el el anillo o que vuelvan a ganar 26 partidos más que respecto al año anterior. Esto tiene que quedar claro. Pero el atractivo de seguirles en el nuevo curso es muy elevado.

En la NBA constantemente se está hablando de proyectos en reconstrucción, pero pocas veces se ve uno con tantas posibilidades de llegar a buen puerto como este. Son un equipo joven en el que el talento fluye a raudales. Han mantenido el bloque formado por los Middleton, Antetokounmpo (ni él sabe de lo que será capaz de hacer de aquí a dos años), Henson, Bayless, Mayo o un Jabari Parker que partirá de cero tras su truncado primer curso, y le han añadido piezas contrastadas como el ya mencionado Monroe, Greivis Vásquez y un Chris Copeland que llegó a ser compañero de Kidd en los Knicks. Un cóctel al que añadir una de las mejores defensas de toda la Liga la pasada temporada. Ingredientes más que de sobra para no quitarle un ojo de encima a Milwaukee. Quién sabe, quizá estemos ante los cimientos de un aspirante a campeón a medio plazo.

Juego exterior

Como base legendario que fue, Kidd tiene que usar su conocimiento de la posición para sacar lo mejor de Carter-Williams, una mezcla de posibilidades descomunales y limitaciones peligrosas. Su adaptación a un nuevo equipo tras vivir en plena disfunción con los Sixers no fue completa la pasada temporada. Puede y debe ofrecer mucho más de lo que dejó entrever durante año y medio en Philadelphia. Sobre todo, cuidar las pérdidas y mejorar su tiro exterior. Aunque para ello, Michael, un jugador acostumbrado a coquetear con el triple-doble, no podría haber encontrado un maestro mejor que su entrenador. El prometedor Tyler Ennis, Vásquez y Bayless (estos dos pueden actuar también de escoltas) garantizan un relevo de garantías. El ‘dos’ titular no es otro que Khris Middleton, un alero reconvertido y poco conocido para el gran público, pero que acostumbra a hacer casi todo bien: anotar, defender… Desde el banquillo partirá un OJ Mayo que ha aceptado que nunca será ese jugador franquicia que muchos creyeron que sería, pero que sigue siendo capaz de anotar con fluidez cuando está en cancha. Así llegamos hasta encontrarnos a Antetokounmpo. Para pasar de vender imitaciones de complementos en la calle a jugar en la NBA hay que ser muy bueno y Giannis lo es. El alero griego no ha alcanzado aún su cénit, pero es una maravilla verle mejorar año a año. Copeland, gran tirador, será otro de los encargados de que la fiesta de los Bucks no decaiga.

Juego interior

Son dos las novedades que nos encontramos en el juego interior de los ciervos. La primera, el regreso de un Jabari Parker que de no haberse lesionado de gravedad (rotura de ligamentos en la rodilla izquierda) cuando apenas había disputado un total de 25 partidos seguramente tendría ahora entre sus manos el premio a mejor Novato del Año. Habrá que ver cómo responde en defensa, pero la lógica apunta a que tarde o temprano acabe haciéndose con el puesto de ala-pívot titular actuando como alero alto que es (ya se sabe, el small ball). Además de él, Greg Monroe ha aterrizado como nueva joya de la corona para convertirse en el amo y señor de la pintura. Ya demostró en Detroit que tiene argumentos físicos y técnicos para ser un interior tremendamente productivo en ataque. Además, no estará solo ya que contará con el apoyo de un Miles Plumlee que espera encontrar de una vez una oportunidad que le permita demostrar que puede ser ese pívot trabajador que aporte 15-20 minutos de nivel cada noche. Entre sus capacidades destaca la reboteadora, otra faceta en la que brilla un John Henson del que no se habla mucho pero que merece ser tenido muy en cuenta. El pívot, de enorme envergadura, afronta su cuarto curso renovado y con las mismas ganas de seguir intimidando en defensa (2 tapones por encuentro la pasada temporada). En suma, los Bucks han reunido puntos, tapones y un montón de rebotes en un juego interior joven y con muy buena pinta.

Claves

1. Milwaukee ya no es el prototipo de equipo de mercado pequeño. Al menos ahora corre otro tipo de aire. Lo ha demostrado Monroe firmando este verano. Así que a los Bucks no les queda otra que seguir aprovechando este buen momento institucional y deportivo que atraviesan.

2. Las condiciones físicas de la mayoría de los jugadores casi obligan a que sea uno de los mejores de toda la NBA en el apartado defensivo. Tienen exteriores corpulentos y rápidos de brazo para tapar e interceptar el balón y por dentro cuentan con auténticos muros que pueden infundir miedo.

3. La incógnita de Jabari Parker. Hasta que se lesionó mostró una regularidad mayor que la exhibida hasta entonces por Wiggins. No sabemos si hubiese acabado llevándose el ROY, pero sí que este año tiene que seguir demostrando que puede ser un jugador a tener en cuenta en esta Liga.

Entrenador: Jason Kidd

Para Mister triple-doble no hubo transición a la hora de dejar las canchas por los banquillos. En cuestión de meses ocupó el de los Nets, con los que no resultó demasiado satisfactoria su primera experiencia. Quizá por ello sorprendió aún más el órdago que el verano pasado lanzaron desde Wisconsin al reclamar sus servicios. No se lo pensó y aterrizó en una franquicia ilusionante pero en la que no se le terminaba de ver como la persona ideal para dirigir esta reconstrucción. Ha pasado un año y la idea es otra. Kidd se ha destapado como un gran profesor para los más jóvenes. Su conocimiento del juego ha influido directamente en la progresión de los Antetokounmpo, Middleton… su nuevo gran reto es Carter-Williams.

Estrella: Giannis Antetokounmpo

'The Greek Freak' ha pasado de vender bolsos y otros complementos en la calle a ser uno de los jugadores con mayor posibilidad de crecimiento en la NBA. Aún debe mejorar su tiro exterior, pero cada año muestra haber subido un nivel más respecto al anterior.