REAL MADRID 101 - BAYERN MUNICH 99

Un triple agónico de Carroll le da un triunfo de raza al Madrid

El estadounidense hizo la canasta definitiva a falta de 3 segundos. El Madrid perdía por diez puntos a cuatro minutos del final, pero creyó y firmó una victoria de campeón.

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Pasamos de un Bayern que taladraba la defensa blanca al Madrid de las grandes remontadas. Y lo hicimos en cuatro minutos y un puñado de segundos. Un triunfo agónico con tintes épicos, de los que hacen grada y equipo. Una victoria in extremis rubricada con un triple de Carroll a tres segundos de la bocina. Muñequita linda y efectiva bajo el sol abrasador que amenazaba derrota. Que amagaba con mandar al Madrid al pozo del grupo con tres traspiés en cuatro partidos, pero ese gesto técnico de Jaycee, un lanzamiento bien ejecutado tras una buena circulación previa, hizo emerger al Real. Como una boya pletórica que rompe maroma y se libera en alta mar. El Madrid a flote tras remontar diez puntos en 4:21.

Caía por diez (81-91) y entonces descerrajó un parcial de 17-5 para ponerse por delante: 98-96 después de un tapón colosal de Ayón y canasta del mexicano a la carrera y en postura acrobática. Restaban 33 segundos. Balón para el Bayern. No estaban para florituras y la prórroga no les valía. El eléctrico Renfroe, pieza clave, lo leyó bien y pasó de combinar con sus compañeros. Evitó el riesgo y buscó el bloqueo directo para enchufarla de tres (98-99). Quedaban 20 segundos. Pesic eligió defender en el tiempo muerto porque era lo que pedía a gritos su equipo. Y el Madrid, atacar. A la carga con el séptimo de caballería. No le quedaba otra. Llull botó y esperó, penetró, dobló a Sergio y este a Carroll. Pase extra para el tiro de gracia: 101-99. Otra noche mágica en la calle Goya y van ya unas cuantas.

Un tiro con efecto goma, pero de borrar. Que elimina de la memoria mucho de lo que hicieron mal los de Laso. De desatados en una arrancada galáctica (33-18 con Reyes soberbio: 14 puntos, 6 rebotes y 20 de valoración en 7 minutos) a enclaustrados frente a un Bayern metódico y preciso. Con clase.

La defensa de cambios en el perímetro y también una zona de ajustes llevaron al Madrid a volar. Pero frenó en seco y lo que antes le incitaba a cabalgar era ahora un colador atrás, cada vez con más agujeros, y más grandes, y con problemas añadidos para cerrar el rebote. La conexión Renfroe-Bryant hizo pupa, se añadió Djedovic y apareció KC Rivers. Ovacionado por un Barclaycard que le quiere, como él quiere al club (15 puntos y +9 para su equipo mientras estuvo en pista).

El Bayern selló un parcial de +26 (34-60) para ponerse once arriba (67-78) a menos de 12 minutos del final. Jeff Taylor, inédito hasta entonces, entró en cancha. Laso probó con la zona 1-2-2 presionante con el sueco en punta. Faltaba pasión, energía; faltaba creérselo. Y se lo creyeron solo a falta de 4:21, con Llull de nuevo sobre el parqué. Él desató la furia (coraje, manos rápidas y ocho tantos), Taylor ayudó y Rudy estuvo brillante. Carroll hizo lo más sencillo y a la vez lo más difícil: rematar.