“Para mí lo significaría todo. Esta allí, con la relación que tengo con los jugadores que irán a los Juegos, haciendo piña con ellos. Sería divertido”. Habla Kobe Bryant y habla de los Juegos Olímpicos de Río 2016. El escolta sugiere así que estaría dispuesto a ocupar una de las carísimas doce plazas de Estados Unidos, en las que por puros criterios deportivos ahora mismo no tendría cabida. Pero… es Kobe Bryant.

¿El final a una carrera de leyenda?

A su favor cuenta con que sería, con todo su significado, su tercer oro olímpico (2008, 2012) y a que podría llegar además en su último partido profesional si esta es, como ya se sugiere en voz cada más alta, su última temporada tras una carrera de leyenda (veinte años en los Lakers). El Team USA ya se ha mostrado abierto a sensibilidades distintas a la deportiva y conviene recordar que, en pleno rodaje post lesión y con Thibodeau como asistente, Derrick Rose se metió en el roster para el Mundial de España por delante de John Wall o Damian Lillard. En su actual nivel, Estados Unidos puede desde luego permitirse un movimiento que podría darle un plus en cuanto a prestigio de imagen aunque sea a costa de sacrificar los criterios más directos. Kobe llegaría apenas como ilustre secundario y, en cualquier caso, en el nivel del baloncesto FIBA sigue siendo un jugador que puede formar parte de la rotación de la, con una abismal diferencia, mejor selección del mundo.

Como guinda a este planteamiento, la final del torneo olímpico se jugará el 21 de agosto. Dos días después, el 23, Kobe cumplirá 38 años.

Muchas opciones mejores en el actual núcleo

Ahora bien, está claro que Kobe ocuparía un lugar que ahora mismo debería estar destinado a otros jugadores. Para empezar, no ha participado en los minicamps de la selección en el último año ni forma parte del bloque de jugadores designado para desembocar en los doce de Río. Kobe está en un evidente final de trayecto y está jugando un muy mal inicio de temporada con los Lakers: 16,5 puntos y 3,5 rebotes por partido… con un 32% en tiros de campo. Lanza más de 16 veces por noche con sólo 5,2 aciertos. Y, en el galimatías ofensivo que apenas dirige Byron Scott, 8 de esos 16,2 lanzamientos son de tres (menos del 21%, 10 de 48 en total).

A esta evidente y natural derrota ante el padre tiempo se suma que hoy por hoy Estados Unidos tiene tal superávit de talento que sería difícil la gestión de esa baja en la que debería ser la rotación más lógica en un sistema de méritos. Cuando Mike Krzyzewski (que dejará su sitio a Popovich después de Río) decidió seguir una vez ganado el oro de Londres, se formó (enero de 2014) una bolsa de jugadores con la que trabajar para cumplir el siguiente ciclo olímpico, hasta Río 2016: LaMarcus Aldridge, Carmelo Anthony, Bradley Beal, Tyson Chandler, DeMarcus Cousins, Stephen Curry, Anthony Davis, DeMar DeRozan, Andre Drummond, Kevin Durant, Kenneth Faried, Rudy Gay, Paul George, Blake Griffind, James Harden, Gordon Hayward, Dwight Howard, Andre Iguodala, Kyrie Irving, LeBron James, Kyle Korver, David Lee, Kawhi Leonard, Damian Lillard, Kevin Love, Paul Millsap, Chandler Parsons, Chris Paul, Mason Plumlee, Derrick Rose, Klay Thompson, John Wall, Russell Westbrook y Deron Williams. A estos se unieron en el pasado minicamp de Las Vegas otros siete invitados: Jimmy Butler, Mike Conley, Draymond Green, Harrison Barnes, Tobias Harris, Victor Oladipo y Trey Burke.

Ahora mismo, y sin contar a priori con leyendas como Dwyane Wade, Tim Duncan o el propio Kobe, a Estados Unidos le salen sin problemas dos equipos de doce jugadores que serían casi, casi, casi (y salvo cataclismo improbable) una garantía de oro. Y en realidad, hasta un tercero. Estructurando posiciones y equilibrando talento, podría ser algo así:

EQUIPO 1: Stephen Curry, Chris Paul, Russell Westbrook, James Harden, Klay Thompson, LeBron James, Kevin Durant, Carmelo Anthony, Anthony Davis, Blake Griffin, Dwight Howard, DeMarcus Cousins.

EQUIPO 2: John Wall, Kyrie Irving, Damian Lillard, Bradley Beal, DeMar DeRozan, Kawhi Leonard, Paul George, Kevin Love, Draymond Green, LaMarcus Aldridge, Chris Bosh y Andre Drummond.

EQUIPO 3: Mike Conley, Kyle Lowry, Eric Bledsoe, Jimmy Butler, Kyle Korver, Gordon Hayward, Andre Iguodala, DeMarre Carroll, Paul Millsap, Greg Monroe, DeAndre Jordan y Nerlens Noel.

Entre ellos no están jugadores que ganaron el oro en Madrid como Kenneth Faried y Mason Plumlee. Además de otros como Harrison Barnes, Chandler Parsons, Kemba Walker, Tyson Chandler, Jeff Teague, Isaiah Thomas, Al Jefferson, Robin Lopez, Victor Oladipo, Monta Ellis, Zach Randolph, Jahlil Okafor, Rajon Rondo, Derrick Favors…

Así que Estados Unidos no tiene ninguna necesidad de recurrir al actual Kobe Bryant pero, ¿se lo puede permitir? Desde luego que sí. Y para Kobe un tercer oro (uno más que Michael Jordan, no lo olvidemos) significaría ser el primer jugador en alcanzar esa cifra que en categoría femenina sí tienen Teresa Edwards, Lisa Leslie (estas dos, cuatro), Sheryl Swoopes, Dawn Staley, Katie Smith, Sue Bird, Tamika Catchings y Diana Taurasi.