WOLVES 116 - WARRIORS 129

'Show Must Go On': Curry (46) y los Warriors (10-0), de récord

Los Wolves, sin un Ricky que se perdió su segundo partido consecutivo, lo intentaron todo, pero no pudieron con el mejor equipo de la NBA.

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'The Show Must Go On', cantaba la banda británica Queen en 1991. Los Golden State Warriors, liderados de nuevo por un genial Stephen Curry (46 puntos), vencieron a los Timberwolves (4-4) en Minneapolis (116-129) para lograr el mejor inicio histórico de la franquicia: 10 victorias sin conocer la derrota (un récord que hasta ahora poseían los Philadelphia Warriors desde 1961: 9-0). Además, los de Okland ganaron su quinto partido del curso fuera del Oracle Orena, lo que les da también su mejor arranque a domicilio de siempre (5-0). En definitiva, el mejor equipo de la NBA no solo no pierde comba, sino que mejora todos los registros que les hicieron campeones la temporada pasada. Para los rivales solo queda intentarlo y aplaudir. Para los aficionados, sentarse y disfrutar del mejor baloncesto del planeta. Bienvenidos al Show de los divertidos y letales Warriors.

Ricky Rubio no se vistió de corto (sigue recuperándose de unas molestias en la rodilla izquierda), pero los Wolves sí pudieron contar con Andrew Wiggins (también se había perdido el partido anterior). Zach LaVine salió de inició por el español y tardó poco en darse cuenta de que le habían asignado una tarea imposible: defender a Stephen Curry. Los primeros 12 minutos de juego pertenecieron al MVP. Draymond Green, que estuvo de sobresaliente (23+8+12) anotó la primera y antes de que el público terminara de llenar las gradas del Target Center los Warriors ya ganaban por diez (10-0): la primera canasta del Curry fue un triple desde unos ocho metros. Nada nuevo, pero sí impresionante. Con lo Wolves intentando igualar el ritmo de los visitantes se llegó al primer tiempo muerto (22-10), cinco minutos de partido y el ‘30’ de los de Oakland ya sumaba tres aciertos desde más allá del arco y un total de 12 puntos. Estaba calentando. Antes de llegar al final del primer periodo, la televisión estadounidense mostraba una estadística que puede ayudar a entender lo que está haciendo el magnifico base de los campeones en estas primeras semanas de competición: 47 triples llevaba en ese momento (acabó el partido con 52) por los 37 totales de los Wolves (40 al final). Acabó el primer cuarto con 21 puntos (4-5 en triples), su cuarto periodo de más de 20 puntos en los 10 primeros partidos (Westbrook lideró la liga el año pasado con cuatro en todo el curso). Una barbaridad más. Nos tiene muy mal acostumbrados.

Con Curry y Green, al fin del mundo

Los Wolves intentaron una primera remontada en los primeros compases del segundo periodo, liderados por un Shabazz Muhammed (13 puntos en el 2º) que encontraba vías de anotación en el entramado defensivo de los de Luke Walton. Pero nadie puede frenar a los Warriors. "No realizamos muchas jugadas, son casi todo lecturas", decía Curry al finalizar el encuentro. ¿Cómo paras a un equipo sin rutinas? Los de Oakland se limitan a explotar las ventajas que les conceden sus rivales (muchas de ellas, gracias a su capacidad para anotar triples), y lo hacen todo a una velocidad que parece que lo hayan ensayado millones de veces (perdieron su primer balón a los 15 minutos de partido, cuando ya llevaban 14 asistencias y 48 puntos). Pick & roll entre Curry y Green a ocho/nueve metros de la canasta, el base se va por su izquierda y toma una decisión de centésimas de segundo: si la ayuda del defensor de su compañero es corta, tiene luz verde para tirar o penetrar, mientras que si ésta es larga, doblará (en la mayoría de los casos) el balón para Green (un playmaker sensacional), quien buscará a un tercero desde la cabeza de la bombilla. Sencillo, ¿no? Pues no hay forma de defenderlo. Son demasiado buenos.

Tras conseguir hasta 18 puntos de ventaja en una primera parte que acabó 75-63 (desde el año pasado no han perdido ningún partido después de ir 15 o más arriba: 68-0), los visitantes salieron fríos del vestuario. La línea de personal ayudaba a los locales a mantener el partido igualado (27 aciertos) y Wiggins (19) y Karl-Anthony Towns (17+11, sexto doble-doble en ocho partidos) tiraban de un primera unidad que se vio superada en todo momento. Entonces llegó uno de los momentos del partido: Curry se vio emparejado con el veteranísimo Andre Miller (uno de los que se las saben todas) y, tras romperle la cintura por cuatro sitios en la primera jugada, se levantó a centímetros de su rostro para clavar un triple en el que pudo haber incluso falta. Un duelo injusto del que el de los Warrios sacó partido. Sin embargo, los locales no se amedrentaban. 11-0 de parcial para acabar el tercer cuarto (con un Kevin Martin, 15, inspirado) y a solo 10 para los últimos 12 minutos (87-97). Todavía podía saltar la sorpresa.

Martin quería más. Triple en la primera posesión del cuarto periodo y los Wolves a solo siete de los todopoderosos Warriors. E incluso se pusieron a cinco (94-99), pero entonces empezó el intercambio de canastas que tan poco beneficiaba a los de casa. El banquillo de los de Minneapolis firmó la friolera de 61 puntos y mantuvo el partido bonito hasta el final, mientras los secundarios de los de Oakland (Barnes, Livingston, Iguodala...) hacían lo propio a las espera de que su líder se quitara el chándal para ponerle el broche al choque. No falla. 40 segundos en cancha y ya había sumado otros cinco puntos. Y con Green todo es mucho más fácil. El ala-pívot cogió en rebote, recorrió toda la cancha y asistió a un Klay Thompson con la metralleta preparada en una esquina: game over. Aunque Curry (ocho triples) siguió con su particular fiesta privada hasta que no quedó tiempo en el reloj. Al final, victoria de los de siempre y un par de récords más. Curry, por su parte, sumó 46 tantos y se convirtió en el primer jugador de la historia de la franquicia que anota más de 40 en tres de los primeros 10 partidos desde que lo hiciera un tal Rick Barry en 1974. Los de Oakland se han convertido en el cuarto campeón que arranca 10-0 el siguiente curso (Celtics 57-58 y 64-65 y Bulls 96-97) y están a solo cinco triunfos del 15-0 que lograron los Washington Capitols en la 48-49 y los Houston Rockets en la 93-94. Esto no ha acabado. 'The Show Must Go On'.