El Baloncesto Sevilla impuso su mayor regularidad ante Unicaja para llevarse un duelo andaluz marcado por la exhibición de Bostjan Nachbar, que anotó 30 puntos sin siquiera necesitar entrar apenas en escena en el último cuarto.

El huracán Nachbar hizo aparición en San Pablo desde el primer instante. Lanzó un triple que advirtió a Unicaja y dio continuidad a una exhibición en la que anotó diez puntos en cuatro minutos. Casimiro sabía dónde estaban las opciones de su equipo de dañar al cuadro malagueño y decidió aplicarlas en un arranque desenfrenado. Corrió mucho el equipo sevillano, pero sobre todo lo hizo ejecutando cada carrera con Nachbar como arma y Balvin como estandarte bajo el aro. Ante eso, sólo Jamar Smith lograba desbloquear la parsimonia de Unicaja con acciones individuales de gran calibre. Pero el acierto el que trascendía a favor de los locales: un 75% en tiros de dos y un 83% en lanzamientos de tres restaba opciones a un fatigado Unicaja. Su duelo en Moscú podía despertar consecuencias colaterales. Los once puntos de diferencia tras el primer cuarto no fueron bien administrados por los de Casimiro: el equipo de Joan Plaza se entregó al ímpetu de Germán Gabriel mientras Smith y Nedovic ejecutaban las pérdidas de los locales.

Nachbar seguía a lo suyo: llegó al descanso con 17 de valoración y con su equipo 12 puntos por delante. Ni siquiera la reanudación lo frenó. Comenzó el segundo tiempo con el esloveno de nuevo dispuesto a exhibir su mejor nivel. Recortó Unicaja diferencias, pero con San Pablo volcado y Nachbar lanzado, ni la voluntad de Smith ni las pinceladas de Kuzminskas eran suficientes.

Thomas Will entró tarde en escena y Berni Rodríguez ya se había erigido en líder mental de los sevillanos. Pausó el duelo, miró el reloj y decidió que el ritmo lo marcaba él. Bamforth estiró su guiño con un atrevimiento de responsabilidad y Slokar se atrevió incluso desde la lejanía. No había frenos posibles. Casimiro ganó la batalla táctica a Plaza y lanzó un mensaje de ilusión a la afición de un Baloncesto Sevilla que recupera una ilusión que parecía perdida.