Un pedazo de historia de la NBA, un tomo de la nuestra

El pasado verano en Francia, en el Eurobasket, Pau Gasol escribió una de las páginas más memorables de su carrera. Ya con 35 años y un currículum que es uno de los tomos esenciales de la historia del deporte español. Fue un recordatorio que él no necesitaba pero quizá nosotros sí: a fuerza de verle escalar montañas, la siguiente nos parece sólo una más. Y estas cifras redondas, ahora 1.000 partidos de regular season, nos desperezan. Pau Gasol es algo único, el suceso que transformó para siempre el baloncesto español. Hace no tanto ni soñábamos con un español Rookie del Año, cinco veces all star y dos campeón como escudero de un jugador de leyenda (Kobe Bryant), a las órdenes de un técnico de leyenda (Phil Jackson) y con una camiseta de leyenda (Lakers). Conclusión: él también es leyenda.

Los años y los números han convertido a Gasol en uno de los grandes ala-pívots de la historia de la NBA. No en la élite de los cinco mejores (Tim Duncan, Kevin Garnett, Dirk Nowitzki, Karl Malone y Charles Barkley) pero sí en el grupo que le sigue, seguro entre los quince mejores y barajando en este final de trayecto su lugar entre los Kevin McHale, Dennis Rodman, Chris Webber… Tal suma de hitos es algo que valoraremos en toda su magnitud cuando se retire un jugador que, mientras, persigue otro All Star y una oportunidad de luchar por otro anillo. La alcance o no, ya es una figura relevante en la historia de la mejor liga del mundo y es la historia de nuestro baloncesto. Porque para jugar 1.000 partidos en la NBA y sobrevivir a, por ahora, quince agotadoras temporadas, hay que ser muy bueno. No hay otra.