TORONTO RAPTORS 113- CHICAGO BULLS 115

Butler se disfraza de Jordan y da la victoria a Pau y los Bulls

El escolta anotó 42 puntos, 40 de ellos en la segunda parte, mejorando el récord de la franquicia establecido en 1988 por el mítico 23 del equipo de Chicago.

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Existen jugadores normales, buenos y excelentes, y Jimmy Butler ha pasado del primer al tercer grupo en tan solo cuatro temporadas (cinco, si incluimos esta). En 2011 llegó a la NBA y en los 42 partidos disputados nunca fue titular, después en 20 de 82 (su única campaña completa) y en la tercera ya no huía del cinco inicial. Una evolución constante que le ha llevado a disputar y tomar, a continuación, por la fuerza (y la falta ya de rivales directos) el liderazgo de los Bulls. Su papel no es el de simple destructor defensivo e inagotable perro de presa que forjó Thibodeau. Ahora es mucho más. Un anotador de raza, con una calidad envidiable, el Kawhi Leonard de la Conferencia Este. Es la próxima generación de jugadores y, por ello, es capaz de hacer barbaridades como las de este domingo. 

El jugador de 26 años dio una victoria extremadamente sufrida a los Bulls frente a los Toronto Raptors (113-115) con 42 puntos (15/23 en el tiro), a uno de su récord personal, también alcanzado este curso. Con una pequeñísima diferencia: ante los Detroit Pistons, Butler jugó 56 minutos distribuidos en ocho tiempos (reglamentario más ocho prórrogas) y contra los canadienses estuvo en cancha 39. En el primero anotaba 0,76 tantos por minuto; en el segundo, 1,07. Magnífico, ¿no? Pues es aún más sorprendente.

Butler llegó al descanso con sólo dos puntos en un 1/4 en tiros de campo. Jugó el primer cuarto y en el segundo se tuvo que retirar al vestuario por una laceración en el labio. Volvió en el tercero y se desató como nadie lo había hecho en Chicago desde Michael Jordan. El mítico 23 poseía, hasta esta irrupción, la mejor marcada de anotación desde el descanso. Eran 39 puntos y el doliente rival fueron los Bucks. El ex de Marquette superó a la leyenda con 1,6 tantos por minuto (no se sentó en toda la segunda parte): 21 a la vuelta de los vestuarios y 19 en el periodo final.

El maleficio de los 100 puntos

Lidero un triunfo sin Rose ni Noah (ambos aún de baja por lesión) y acabó con el maleficio de los 100 puntos, ese que dice que cada vez que su rival llega a esa cantidad pierden... o casi. En lo que llevamos de curso, los Bulls habían encajado el centenar en 13 ocasiones y habían caído en 11. Una debilidad que los Raptors parecían conocer y por ello no dudaron en atacar con vehemencia desde el salto inicial. Los de Casey dieron aire a los de Hoiberg hasta el 31-31 (9:13 del segundo cuarto) y desde ahí soltaron la tormenta. Un viento desde el norte que orientaban dos habituales como DeRozan (24) y Lowry (22), y al que se sumó un veterano de los que siempre debes tener en nómina, Luis Scola. El argentino dio una lección de cómo defender y atacar. Llegó a los 22, su mejor marca de la temporada conseguida en dos ocasiones más, que ralentizaban el asalto final de Butler y los suyos.

El 69-48 con el que se llegó al descanso parecía definitivo, pero entre la estrella de la noche, Pau Gasol (19 puntos y 13 rebotes) y Mirotic (17) dieron la vuelta al marcador con un minuto final de infarto. Moore (1,93) logró el empate a 109 tras un rebote ofensivo, Butler y un triple estratosférico el 111-112 y un tiro libre más tapón del internacional español a DeRozan y otro lanzamiento desde la personal de Gibson la tranquilidad (111-114). 20ª  victoria y de nuevo segundos en un Este que tiene nuevo ídolo.