—En mayo se conoció la noticia de que Panko y Slaughter poseían un pasaporte falso. ¿Sorprendió en la ABP?

—Nosotros estamos como observadores de este proceso desde que comenzó. Nos sorprendió, sobre todo, lo burdo de la maniobra: que hubiera dos pasaportes con el mismo número. Esta práctica de los pasaportes, moralmente reprobables, se venía produciendo desde hace años, pero algunos miraban a otro lado. Parece que ahora todos se echan las manos a la cabeza, pero esto lo llevamos denunciando desde que comenzó. Ha tomado un cariz más importante porque está bajo la vía judicial y puede tener repercusiones penales.

—La temporada pasada había nueve casos de jugadores con pasaporte cotonú, en ésta no hay ninguno.

—Esperemos que esto suponga una erradicación definitiva de este tipo de prácticas. Lo que también decimos es que hay llegar hasta el final, hasta las últimas consecuencias y castigar a los autores. Los jugadores no sabían que estos pasaportes eran falsos.

—El Barça se ha personado como perjudicado. ¿Podrían quitarle los títulos al Madrid?

—No lo sé. Ahí nosotros no intervenimos. Muchos equipos han tenido este tipo de pasaportes. Por desgracia, últimamente el baloncesto es solo noticia por las malas noticias, pero hay que tener sentido común. Somos campeones de Europa y de la Euroliga. Hay que valorar todo lo que sí se está haciendo bien. Entre todos tenemos que sacar esto adelante.

—Este caso, ¿ayudará a frenar los pasaportes exprés?

—Espero que esto sea la consecuencia positiva de todo este lío, que no se vuelva a repetir y que no se vuelva a adulterar la competición con este tipo de pasaportes; no sólo los falsos sino aquellos legales que moralmente son deleznables. Todos sabemos, empezando por la ACB y los clubes, que no ayudan, sólo manchan el nombre de la ACB y del baloncesto español.

—Los pasaportes cotonú habían proliferado en los últimos años. ¿Eran los que más le preocupaban?

—No. También nos preocupan todos aquellos que se han conseguido de forma legal pero amoral. Nadie entiende que un jugador que no tiene una vinculación con un país, que incluso ni lo ha pisado, pueda conseguir un pasaporte. Tampoco sabemos si hay más falsos: pueden haber pasado desapercibidos. Ha habido cierta dejadez.

—El CSD emitió en mayo un decreto para frenar estos pasaportes exprés, ¿ha ayudado?

—Contribuye, pero tiene lagunas. No se tomaron medidas hasta mayo, por nuestro requerimiento, cuando llevaba años existiendo el problema.

—Como presidente de la ABP, ¿cómo ve la guerra entre la Euroliga y la FIBA?

—El acceso a Europa debe ser por méritos deportivos para que prevalezca el espíritu de las competiciones. Las ligas están perdiendo poder y eso no es bueno: deben ser fuertes.

—Y, ¿llegarán a un acuerdo por las ventanas FIBA?

—No lo sé. De momento veremos qué pasa el curso que viene, cómo queda la Euroliga. Estamos con la ACB. Un mayor número de partidos hará que los jugadores que disputen la Euroliga y estén en la Selección, jueguen unos 90-95 al año. Y a los jugadores hay que cuidarlos.