Suenan los acordes de Trophies del rapero Drake. Un Air Canada Centre a rebosar (los precios de las entradas se habían multiplicado por cuatro en la reventa) grita y canta a la vez: “¡Kobe, Kobe, Kobe!” En España, son poco más de las dos de la madrugada de este lunes 15 de febrero cuando una voz se impone sobre las demás. Habla el speaker: “Y el líder de este año en la votación. Un 18 veces All Star en la Conferencia Oeste. Un cuatro veces MVP del All Star Game. El MVP de la Liga en 2008. Un dos veces MVP de las Finales. Y un cinco veces campeón de la NBA con Los Angeles Lakers: ¡Kobeee Bryaaaant!” Y mientras, ahí estaba él. Con las manos en los bolsillos (apenas levantó el brazo derecho un par de segundos para saludar a una muchedumbre entregada). Como si quisiera saborear el momento. Así fue presentado en el Partido de las Estrellas 2016 un jugador que no sólo ha marcado una época, sino cuya impronta trascenderá al paso de las generaciones. La última aparición estelar de ‘The Black Mamba’.

 “He jugado 20 años en la NBA, más de la mitad de mi vida”, recordaba anoche sin esfuerzo aparente por contener las lágrimas. En esos 20 cursos, ha sido seleccionado para el All Star Game en 18 de 19 ocasiones posibles (en 1999 no se disputó por el lockout: cierre patronal). Se dice pronto. Sólo Kareem cuenta con más presencias: 19.

Kobe vs Jordan

Aunque para ser justos y dejando lesiones al margen, Kobe ha estado presente en todos los All Star Weekends celebrados con él en activo. Drafteado directamente desde el instituto en 1996, en el 97 se proclamó en Cleveland como el campeón más joven (18 primaveras) de la historia en un concurso de mates entre cuyos participantes se encontraba Ray Allen (un portento físico que evolucionó en uno de los tiradores más finos de siempre). Aunque eso sí, no le gustó que Allen Iverson le robara el MVP en el partido de rookies. “Por supuesto. Quieres ganar todo lo que puedas”, comentó entonces al quedarse sin premio pese a sus 31 puntos.

Un año más tarde, en el Madison Square Garden de Nueva York debutaba con las estrellas en un partido marcado por su duelo con Michael Jordan. Aquel encuentro de hace 18 años habría sido el último de ‘Air’ de no haber sido por su segundo regreso, ya con los Wizards. Hasta última hora, la presencia del ‘23’ estuvo en entredicho por una inoportuna enfermedad. “Había pasado los tres últimos días en la cama. Sólo quería saltar a la cancha y asegurarme de que Kobe no me dominara. El partido se había publicitado como un duelo de él contra mí”, explicaba la leyenda de los Bulls tras conquistar su tercer MVP al firmar 23 puntos, 6 rebotes, 8 asistencias y 3 robos de balón.

Desde el salto inicial, ambos se emparejaron. “Vino hacia mí desde un primer momento. Lo mismo que yo hubiese hecho si fuese él. Si ves que alguien no está en condiciones tienes que atacarle. Me gustó su actitud”, explicó. Aunque la que por entonces era la gran sensación, acabó claudicando ante Su Majestad. “Lo de esta noche lo veo como una experiencia de aprendizaje”, relató un Kobe que dejó grandes detalles en ataque (lideró la ofensiva del Oeste con 18 tantos), pero que en defensa sufrió para contener a MJ. Pero eso sí, demostró tener el carácter y ese áurea especial que sólo los elegidos presentan. En su primera participación en un Partido de las Estrellas no se cortó y lanzó a canasta hasta en 16 ocasiones. Más que Garnett, Shaquille (con ‘Diesel’ compartiría un MVP en 2009 de tintes redentores) o Karl Malone.

No hubo final con LeBron, pero sí un último salto

Con el transcurso de los años, el primero ‘8’ y posteriormente ‘24’ hizo buenos los pronósticos y se convirtió en esa estrella absoluta que ha marcado los últimos 15 años de la NBA. Nunca dejó de ser seleccionado para el All Star. Como chico educado, aceptó cada invitación con la mejor respuesta posible: compitiendo al máximo. Así se explica que fuera acumulando cuatro MVP’s (el que más junto a Bob Pettit) o el récord de puntos anotados hasta que en Toronto se lo arrebatara LeBron James (291 por 290). Nos queda un resquemor: no haberles visto competir en unas Finales cara a cara. Pero también guardaremos el consuelo de haberles visto protagoniza el salto inicial de la edición de este año. Nadie ha soportado mejor que ellos el cartel de sucesor de Jordan. Los dos herederos presumen ya de haberse labrado una carrera exitosa y con copyright propio.

Su último tiro, ante Pau Gasol

Kobe quiso cerrar su andadura por el All Star retando al jugador cuyo aterrizaje en los Lakers le acabó regalando sus tres últimos viajes a las Finales. “Vamos Pau”, le dijo a un Gasol que finalmente sí pudo estar en el último baile estelar de su hermano y amigo. Así que a menos de 4 minutos para el final, ambos se fueron al poste. Una jugada que concluyó con un fade away de la Mamba que acabó impactando en el aro. Ese fue su tiro de campo número 238. No volvió a lanzar más. Casualidades del destino (ovación y abrazos generalizados al margen a falta de 66 segundos para la conclusión cuando se retiró del parqué) Kobe se levantó por última vez (his last shot) entre las estrellas ante la imponente figura del hombre con el que ganó los anillos de 2009 y 2010. De Michael Jordan a Pau Gasol. El comienzo y el final de sus 18 All Star.