CHICAGO BULLS 109-WASHINGTON WIZARDS 104

Un Gasol enfermo se queda a las puertas del 'triple-doble'

El internacional español era duda ante los Wizards por gripe. Acabó el partido con 10 puntos, 15 rebotes y 9 asistencias. Tercera victoria seguida de los Bulls.

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Cuando peor pintaba la temporada, los Chicago Bulls han sabido (o aprendido a) levantarse de la lona. Después de la derrota ante los Cleveland Cavaliers, que les dejaba en el alambre de los playoffs con cinco derrotas consecutivas, la franquicia de Illinois ha retomado el vuelo. Al menos por el momento, pues el mañana es incierto, como se dice. Con el triunfo frente a los Washington Wizards (109-104), la presión sobre el pecho es menor y la respiración va algo más acompasada. Es su tercera victoria consecutiva, algo que no se lograba desde principios de enero, y con ella se sitúan sextos en el Este con un balance 30-26, a sólo medio partido de los Indiana Pacers, quintos. Aunque por detrás la situación es aún peligrosa: Atlanta (séptimo), su próximo, tiene el mismo balance y Charlotte (octavo) está a un encuentro. Un despiste...

Frente a los capitalinos, la situación pintaba muy negra. A las bajas ya conocidas de Mirotic, Noah y Butler, se unió la de Derrick Rose con problemas en los isquiotibiales de la pierna derecha y, como siempre, cuando el más mínimo problema cae sobre el base, todo Chicago se para, no vaya a ser que... Con este, el MVP más joven de la historia de la NBA se ha perdido ocho partidos esta temporada (¿a qué parecían más?). Además de Rose, la participación de Pau Gasol fue dudosa hasta última hora por síntomas de gripe, pero por fortuna para un Hoiberg que ya no sabe cómo hacer un quinteto en condiciones (ni rotaciones) por tanta desgracia junta, el ala-pívot finalmente jugó. Y menos mal.

El internacional español no fue el líder anotador, pero se quedó, como ante los Toronto Raptors, a un paso del triple-doble con 10 puntos, 15 rebotes y 9 asistencias. Se quedó a un pase de ser el jugador más veterano en la historia de la franquicia en lograr esa hazaña. Pero, a pesar de quedarse en la frontera, cabe subrayar que fue el máximo reboteador y asistente del duelo. Este último punto hay que ponerlo en perspectiva, pues frente a él estaba el tercer mejor pasador de la Liga: John Wall. El base de los Wizards acabó el partido con 16 tantos y sólo 7 asistencias. "Movieron el balón y consiguieron lo que buscaban", subrayó un Wall que vio como su compañero Beal se convertía, estérilmente, en el máximo anotador de la madrugada con 19.

La circulación del balón fue una de las grandes claves de los Bulls. Bueno, lo lleva siendo en los últimos tres triunfos. Más o menos coincidiendo con el establecimiento definitivo de Dunleavy en la cancha. En las últimas tres victorias, el equipo ha repartido 88 pases que han acabado en canasta. Es decir, 29,3 de media (hoy han sido 26). Ese promedio les situaría por encima de los Golden State Warriors (29,1). Dato espectacular. Mayor si se tiene en cuenta qué jugadores saltaron a la cancha en defensa del United Center. "Tenía que mirar los nombres de la parte de atrás de las camisetas. Ni siquiera reconocía a algunos de ellos", comentó en tono de broma Dunleavy al final el partido.

Esta segunda unidad, los otros, fue un dolor de cabeza para Wittman. Los cinco titulares de los Bulls llegaron a los dos dígitos en anotación, con un porcentaje global en el tiro del 50%. En el tercer cuarto fue cuando los de Hoiberg se estiraron. Con una sucesión de triples (Moore y Dunleavy) y un mate (McDermott) la ventaja llegó al +15 para los locales a tres minutos para acabar ese periodo (83-68). Con todo medianamente atado, los Wizards dieron rienda suelta a su necesidad. La temporada avanza y siguen lejos del objetivo (playoffs). Un tiro a media distancia de Beal puso a los de Washington a tres (93-90). 8 puntos de McDermott (14) y 6 de Moore (17) impidieron la remontada que montaron los Wizards. Dos héroes anónimos. Aunque ya no tanto para los Bulls.