El último cuarto arrancó con 17 puntos de ventaja para unos Oklahoma City Thunder que estaban deseando descansar a sus estrellas (hoy esperan los Warriors en Oakland...). Pero, contra todo pronóstico, ya que el partido parecía más que controlado, los Clippers remontaron en los últimos minutos gracias a los triples de Wesley Johnson, las canastas de Cole Aldridge y el esfuerzo de un DeAndre Jordan que destrozó a los visitantes totalmente cojo. Como suena. Chris Paul llevó la manija, pero ejecutaron otros. Durant y Westbrook volvieron a perder un final igualado, fallando nueve de los 11 tiros que intentaron en el último cuarto y perdiendo cuatro balones por el camino (11 en el partido). Sin control, si plan. Todo unos contra uno que acabaron en una nueva derrota. Y van cinco en siete partidos desde el parón del All Star. Y nueve en partidos que iban ganando después de tres cuartos (ESPN Stats&Info). Sin cabeza.

La realidad es que hablamos de dos jugadores superlativos, capaces de dominar partidos a su antojo desde su posición. Sin embargo, el drama de los finales de partido empieza a ser preocupante (y digo empieza por hacer borrón y cuenta nueva desde la salida de Brooks y la llegada de Donovan, pero el problema viene de lejos). El 60-70% del mérito de la remontada lo tienen los Clippers, evidentemente (no se remontan 22 puntos sin esfuerzo, ganas y compromiso). Pero ese 30-40% que atribuimos a los Thunder empieza a ser una losa demasiado pesada. Westbrook acumula un 5-38 en tiros para empatar o ganar en los últimos 10 segundos de partido... (ESPN Stats&Info).

"Odio perder así. Ellos hicieron jugadas; nosotros no. Ellos fueron disciplinados; nosotros no. Si queremos ser un gran equipo, nos estamos engañando a nosotros mismos. Si queremos llegar a ser un gran equipo jugando así, nos estamos engañando. Si queremos ganar unos cuantos partidos de temporada regular, guay. Pero nos estamos engañando", aseguró Durant tras el encuentro, tal y como recogió Royce Young (ESPN).

Los Clippers tampoco atacaron mejor en los últimos compases: uno contra uno de Paul en la cabeza de la bombilla que acaba en tiro de seis metros y un par de intentos de Crawford, que sí logró anotar uno a tabla. DeAndre Jordan fue la diferencia. Un 2+1 tras el pick&roll de toda la vida (sin machacar, quedó cojo al caer sobre las primeras filas intentando salvar un balón), una canasta tras fallo estrepitoso de Crawford y 2+1 en un palmeo genial cuando quedó emparejado con Robertson. Sí, anotó los dos tiros libres (Durant falló uno con 33 segundos en el reloj...), y acabó con 20 puntos y 18 rebotes. Y cojo.

"No podemos seguir con el tema de los toques de atención. Ya hemos perdido muchos partidos que tendríamos que haber ganado. No podemos seguir con toques de atención al final de la temporada. Hay que pensar desde el entrenamiento en lo que vas a hacer esta noche sobre la cancha, y estar concentrado en eso hasta el final del partido. Si no, el talento a veces hará que ganemos, pero más veces serán los mejores equipos los que saquen ventaja de la situación", añadió Durant.

El final del partido fue la respuesta perfecta a la pregunta sobre la diferencia que hay actualmente entre Warriors, Spurs, Clippers y Thunder: los dos primeros siempre son capaces de elaborar una jugada; los dos segundos, no siempre. Y talento tienen todos... ¿Cuántas veces hemos visto un ataque importante de los de Oakland acabar en una bandeja tras puerta atrás de Klay Thompson o en un triple de Barnes en la esquina? ¿Cuántas veces hemos visto a Duncan recibir tras pick&roll con Parker y encontrar al tirador solo en cualquiera de los dos lados? Detalles que valen campeonatos.

Con el triunfo, los Clippers (cuartos) se quedan a solo partido y medio de los Thunder (terceros).