Pintaba a día en el que los Spurs perdían, que hay pocos. Pero no, tampoco. Ni siquiera en un partido en el que no arrancaron hasta casi el final. Ni siquiera en Nueva Orleans, donde llevaban 729 días sin ganar y tres derrotas seguidas. Ni siquiera en un partido en el que se vieron 81-74 en el ecuador del último cuarto y 86-82 cuando anotó Anthony Davis la última canasta de los locales, a más de tres minutos y medio para el final. Ya no sumaron más. En los últimos 3:10, los Spurs enlazaron un 0-12 (86-94 final) propulsado por Kawhi Leonard, LaMarcus Aldridge y un Patty Mills que le quitó el puesto a Tony Parker en ese momento decisivo. Otra victoria, otro rival descosido por la defensa texana, siete triunfos seguidos y 52-9.

Los Pelicans sufren las debilidades de su rotación, no solo su obvia y constante plaga de lesiones, en cada partido. Como ante Houston en el anterior, se suicidaron al final y perdieron una ventaja que podrían haber gestionado. Eso hacen los buenos equipos. En esos últimos tres minutos Anthony Davis no tiró. Fallaron seis lanzamientos entre Holiday y Eric Gordon. Y el ala-pívot no llegó al 20+10 ante los Spurs por primera vez en siete partidos. Terminó en 17+13 y estuvo fuera por un golpe cuando su equipo tratara de escapar con Eric Gordon (23 puntos) al frente. Con un balance de 23-37 y el sueño de repetir visita a playoffs ya en el olvido, lo que queda es una dura travesía para un proyecto fallido.

Los Spurs, mientras, ganaron con su marcha de maquinaria pesada y sus rutinas colectivas. Y con Kawhi Leonard, claro: 30 puntos (como casi siempre por encima del 50%, 12/22), 11 rebotes y 3 asistencias. Con 5 puntos decisivos en el sprint final y el primer partido de 30 puntos y 10 rebotes de un spur distinto a Tim Duncan desde Manu Ginóbili en 2008. En ese tramo, Timmy ha sumado ocho. Parker se quedó en 2 puntos y Duncan en 7+5, pero LaMarcus jugó un partido sólido como el granito: 26 puntos, 8 rebotes. No necesitan mucho más los Spurs, no ante un rival absolutamente inferior. Y casi todos lo son, en realidad.