No hay ninguna duda de que el 'March Madness' es el torneo de baloncesto favorito de los norteamericanos. Y con mucha diferencia. Se volvió a poner de manifiesto este pasado sábado cuando la competición de la NCAA coincidió con el San Antonio Spurs - Golden State Warriors, a día de hoy el mejor partido de baloncesto que se puede ver en el mundo, sin género de dudas, y las audiencias televisivas se decantaron, de forma abrumadora, a favor del deporte colegial.

El Spurs - Warriors era el partido más esperado de la temporada regular. Nunca, a estas alturas de la competición, se habían enfrentado dos equipos con récords de victorias tan apabullantes como ambos. Golden State está en camino de batir el mítico número de 72 victorias de los Chicago Bulls en la temporada 95/96. San Antonio está inmaculado en casa este año, con cero derrotas, bien redondas, en su casillero en El Álamo. Los condicionantes eran perfectos: no hay partido NBA con más atractivo este año.

En el campo del 'March Madness' jugaban, a esa hora Kansas y Connecticut. Dos grandes universidades, históricas. Pero no precisamente un duelo señalado en este primer fin de semana de competición porque Kansas es una gran favorita y UConn no, por lo que no se esperaba mucho drama. Además, acababa de concluir el Kentucky - Indiana, uno de los partidos más esperados del día.

Pues bien, volvió a quedar claro quien es el rey: la NCAA ganó a la NBA con casi un 50% más de espectadores, 5,95 millones para el Kansas - UConn y 4,3 para el Spurs - Warriors. La comparación con el Kentucky - Indiana es aún más favorable al 'March Madness', con 6,57 millones de espectadores.

El torneo universitario es más que deporte en Estados Unidos. Es un evento que ha traspasado su ámbito y se ha filtrado en los cultural, lo social. No son de extrañar estos números. De hecho, hace muchos años que la 'Locura de Marzo' vence a los playoffs de la NBA en audiencia televisiva.

De hecho, y como anécdota, en el primer cuarto del partido entre Indiana Pacers y los Oklahoma City Thunder, también del sábado, se podían ver centeneras de personas en las gradas atendiendo a sus móviles y tablets más que al partido en sí ¿El motivo? Pues que el citado Kentucky - Indiana se estaba jugando al mismo tiempo.