Los Chicago Bulls siguen con vida. Al menos un día más. Al menos hoy. Mañana se verá, pero la victoria frente a los Indiana Pacers (96-98) da cierta esperanza a la franquicia de Illinois de estar presente una temporada más en playoffs, la octava seguida. Y ese sueño se mantiene gracias a dos hombres: Nikola Mirotic y Jimmy Butler. Cada uno tuvo su gran grado de importancia. El primero por cantidad y el segundo por calidad. Me explico.

El hispanomontenegrino no sacó su fusil, desenfundó su AK-47 y desde el perímetro fundió al equipo que entrena Frank Vogel. El ala-pívot estuvo soberbio desde la línea de tres. Siempre le buscaban y siempre le encontraban. Y nunca decepcionó. Acabó con 28 puntos más 10 rebotes y un 7/13 de tres. "Mis compañeros trataban de encontrarme y el entrenador marcaba jugadas para mí. Me sentí muy bien", subrayó el héroe compartido de un partido que al margen de triunfalismo, sólo es un pequeño paso en un camino aún tortuoso. Los Bulls se encuentran todavía a dos partidos de estos Pacers, que cayeron a la octava plaza del Este y que perderían el desempate clasificatorio con los de Hoiberg por esta derrota.

Esa sensación de no haber ganado nada todavía, se vio reflejada en el vestuario tras el encuentro. La canasta ganadora de Butler (ahora hablaremos de ella) causaría algarabía en otro momento. Pero lo difícil de la situación, unido a que Rose, Gibson y el propio Butler acabaron con molestias, tal como señala K.C. Johnson del Chicago Tribune, mantuvieron más duelo del esperada tras el triunfo.

Pero eso fue después de acabar un partido muy disputado. En 14 ocasiones el liderato en el marcador cambió de equipo. Los Bulls llegaron al final del primer cuarto un punto arriba (27-28) con 5 tantos de Mirotic de aperitivo. Sería en el segundo cuando se liberaría. En esos 12 minutos, el internacional español logró 15 puntos más y con cuatro triples guio un parcial 13-20, en el que los suyos encadenaron otros dos lanzamientos exteriores más (McDermott y Brooks). Seis triples en total (más una canasta de dos de Pau Gasol -10 puntos y 11 rebotes-) que Paul George (20 tantos al final), Mahinmi (18) y compañía contrarrestaron antes del descanso (60-60).

La segunda parte no varió el sentido de la primera. Un pequeño arrebato y dos puntos de Ellis (8) condujeron a una de las máximas del duelo para los Pacers (78-71), pero todo era una ilusión, pues nada se resolvería hasta el último periodo, bueno, hasta los dos últimos minutos porque los dos equipos entraron en coma en el lanzamiento. El cuarto cuarto acabó con un parcial 12-14 (el segundo, por ejemplo, fue 31-32) con el conjunto de Indiana en un 22% en tiros de campo y el de Chicago con un 26%. Así se entiende que a dos minutos del final, Vogel y los suyos lograran un 96-93 que parecía definitivo por esa pólvora mojada que mostraban ambos.

Ahí fue cuando Mirotic anotó su último (y clave) triple. Rose le localizó en la parte izquierda del ataque. Se levantó y tiro: ¡bang! Empate a 96 que a 4,7 segundo para el final, Butler se decidió a deshacer con un lanzamiento precioso a media distancia. George sólo fue un espectador de aquel al que tenía que cubrir y que fue más rápido y ágil que él. "Estoy contento de que mi entrenador y mis compañeros tuvieran fe en mí para lanzar, a pesar de que no estaba anotando. Eso sólo muestra la confianza que tienen en mí. Yo tengo confianza en mí mismo. Pero es una buena sensación que quieran que tire", subrayó el escolta que disfrutó al ver a su banquillo aportar mucho en el Bankers Life Fieldhouse (63 puntos) con buenos minutos físicos de Cristiano Felicio (8 tantos y 5 rebotes). "Debemos estar todos juntos. Es la única forma de ganar partidos", concluyó ante los medios. Veremos que pasa mañana.