Pudo ocurrir una tragedia en el Vivint Smart Home Arena antes del partido que enfrentó a los Utah Jazz y a los Golden State Warriors. Stephen Curry se marchaba al vestuario tras el calentamiento previo al duelo, cuando un grupo de aficionados, congregados en las gradas, solicitaron un autógrafo a la estrella. 

En esos instantes, la presión fue acumulándose en la barandilla que separaba al público del base y está, al final, acabó cediendo. Cuatro fans cayeron al suelo, tres de ellos menores, aterrizando a escasos centímetros de Curry. Todos recibieron atención médica inmediata, sin que hubiera que lamentar lesiones graves y volvieron a sus asientos a continuación para disfrutar del espectáculo de la NBA.

"Espero que todos estén bien", comentó Curry, que firmó tres prendas para tres de esos aficionados que aguantaron hasta más allá del final del partido.