WARRIORS 106 - CELTICS 109

Boston pone fin a una racha histórica: los Warriors (68-8) caen en casa 430 días después

Golden State deja en 54 victorias consecutivas la mejor racha de siempre de un equipo como local en RS. Ni Curry (29) ni Green pudieron con unos tremendos Celtics.

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430 días después de aquella derrota en la prórroga ante los Bulls del 27 de enero de 2015, los Warriors volvieron a caer en Liga Regular. Desde esta madrugada del 2 de abril, los Celtics no sólo podrán presumir de ser la franquicia más laureada de la historia de la NBA (17 anillos), sino de haber sido el equipo que puso fin (106-109) a la mejor racha histórica de un equipo como local: 54 victorias consecutivas. Fin al sueño de Golden State de firmar una temporada perfecta (41-0) en el Oracle. Algo nunca visto, pero que los Spurs (38-0) aún pueden conseguir. Pero eso sí, los Warriors podrán impedirselo el próximo día 10 cuando visiten el AT&T Centre. O los dos o ninguno. Es más, dicho partido cobra ahora una trascendencia brutal. No en vano, los actuales campeones siguen teniendo en su mano mejorar la madre de todos los récords: el 72-10 de los Chicago Bulls (1995-96). Siguen marchando un partido por delante que Michael Jordan y compañía a estas alturas (68-8 por el 67-9). Aunque, eso sí, el tropiezo de hoy les deja con un margen de error mínimo. Si quieren completar la mejor temporada de todos los tiempos, sólo se pueden permitir un tropiezo más.

Dicho esto, centrémonos en el partido. Un duelo que arrancó con ambos equipos algo desacertados e imprecisos, pero que tras el descanso (43-45) cambió por completo para convertirse en un partidazo. Hay que dar mucho mérito a lo que hoy han hecho los Celtics de Brad Stevens (quien no conozca aún a este entrenador que coja papel y boli para apuntarse su nombre). Muchísimo. Pero también hay que dárselo a los Warriors. Entraron en los dos últimos minutos perdiendo por 7 (96-103) y acabaron teniendo dos triples en la última posesión para forzar la prórroga. ¿En qué pensaba Harrison Barnes cuando decidió jugarse un buzzer beater forzadísimo que no tocó ni aro cuando tenía a Stephen Curry completamente solo al lado? Seguramente se dejó llevar por la emoción del momento. No hay que culparle. El Oracle perdió su condición de fortín (por cómo se comportó el público sigue siéndolo), pero Golden State dio hasta el último suspiro defendiéndolo. Poco que reprochar. Por si no quedaba claro, demostraron que lo único que les ocupa por el momento la mente no son los Playoffs: sino su batalla con la historia. Con el 72-10 de los Bulls. Es de agradecer. De aquí al 13 de abril, vamos a tener un aliciente extra para que las ojeras aumenten.

Recordar lo logrado

En realidad, la formidable entrega de los hoy derrotados no hace otra cosa que acentuar el encomiable esfuerzo de Boston. Y viceversa. Ambos se retroalimentan. Porque clavar 20 triples no está al alcance de cualquiera. Para ello hay que citarse también con los tomos de historia. Es la primera ocasión que un equipo cae en casa habiendo llegado a esta cifra desde más allá del arco. "Nadie jugó mal. Es lo que se requiere para superar un equipo como este. Son increíbles". Palabra de Stevens. "Les felicito. Merecieron ganar", dice desde el otro banquillo un Steve Kerr que recuerda la magnitud de lo conseguido: "¿Estás bromeando? Hemos ganado 54 partidos de manera consecutiva. Lo que han logrado nuestros chicos en increíble. No sé si la gente es consciente de la intensidad y el trabajo que requieren llevar a cabo algo así".

Curry vs Thomas

Curry no tuvo su día, perdió nueve balones (su tope esta temporada) y vio como por primera vez en las dos últimas temporadas su equipo cede pese a alcanzar la barrera de los 8 triples, pero firmó un tercer cuarto extraordinario.  "Cuando se calentó, la clave estuvo en ser capaces de contestar cada canasta suya", valoró Stevens. Tras una gris primera mitad (enorme el trabajo en defensa de Bradley y Smart) evitó el despegue rival con un 6/6 desde la línea de tres puntos para 21 tantos (de los 29 totales). Normalmente, 12 minutos de inspiración de Steph hubieran bastado para romper cualquier encuentro. Pero enfrente tuvo a ese loco bajito llamado Isaiah Thomas. Sus dos primeros cuartos fueron aún peores que los del MVP. En un abrir y cerrar de ojos (menos de 10 minutos) 19 puntos asomaban en su cuenta. En dicha transformación jugó un papel relevante... ¡Kobe Bryant! 'La Mamba' (bueno, su modelo de zapatillas del último All Star) también contribuyó a acabar con la imbatibilidad del Oracle. Tras el rosco con el que se fue al descanso, el base optó por cambiarse de zapas. Con ellas llegaron los tiros abiertos y las penetraciones contra el mundo marca de la casa de alguien que no supera el 1,75. Los Celtics recuperaron la alegría, tomaron definitivamente el mando del marcador y ya no lo soltaron. En el último cuarto siempre fueron por delante. 12 minutos que añadir a los 27 a remolque que sumaban los de Oakland en dicho periodo toda esta temporada en casa.

El orgullo 'celtic'

Todo ello, pese a la encomiable actuación de Draymond Green. Qué jugador. Capaz de pegarse con Sullinger (más alto y mucho más pesado) y de dar una vida extra a los suyos con un robo a Amir Johnson a 30 segundos para la conclusión. Aunque eso sí, todo hay que decirlo, a la jugada siguiente el ex de los Raptors enmendó su fallo. Pese a ello, Green fue de largo el mejor en los locales (16+9+7 y 6 robos) y el más constante. Pocos quieren el récord como él. Pero los errores acabaron lastrando a Golden State. Las 22 pérdidas que cometieron fueron una mina para uno de los equipos que mejor aprovecha los regalos del contrario. Como lo fue la última bandeja de Thomas (22 y 6 asistencias) al despegarse de su doble marcaje con una puerta atrás y anotar la canasta del triunfo a 8,3 segundos para el final. Estampida de moral (y de orgullo, todo hay que decirlo en un día como hoy) para unos Celtics que dan un importantísimo golpe sobre la mesa (y sin Jae Crowder) viniendo de back to back de cara la lucha por un tercer puesto del Este al rojo vivo: Heat, Hornets, Hawks y los de Massachusetts están en un margen de medio partido. Boston concluirá esta última gira por el Oeste dentro de 48 horas en el Staples. Ante los Lakers. Llega el momento de decir adiós a su enemigo íntimo. A Kobe Bryant.

A por el 72-10

Antes de acabar con los Warriors (casualidad o no, su primera derrota llegó 24 horas después de llevarse en Boston un duelo jugado al límite y decidido tras dos prórrogas), conviene aclarar una cosa respecto a la derrota: no, no se trata de una broma por el April Fool's Day. Ya saben lo que es perder en La Bahía en este histórico curso que están protagonizando. "No fue nuestra noche (Bogut abandonó el partido antes de tiempo por un golpe en las costillas que parece no revestir mayor importancia)", terció Curry. Pero no queda otra que mirar para adelante. Este domingo aguarda la visita de los Blazers. Ya se sabe, se repusieron con un triunfo a la a cada una de las siete derrotas anteriormente cosechadas (una de ellas en Portland). ¿Ampliarán la serie a un 8-0? Cábalas al margen, lo que sí es seguro es que siguen teniendo a tiro entrar por la puerta grande de la historia de la NBA. La emoción se amplia. El sueño continúa.