La pésima temporada de los Lakers, pendiente solo de salvarse en la lotería del draft, donde la franquicia necesita un top-3 para que su pick no se marche a Philadelphia, dio su giro más rocambolesco cuando apareció una grabación de D’Angelo Russell en la que el base rookie preguntaba a Nick Young, sin que este supiera que estaba siendo grabado, por sus infidelidades a su famosísima pareja, la cantante Iggy Azalea. Después de varios días de terremoto, a los Lakers llegó una calma relativa: a Russell le siguen pitando en los partidos y tras la paliza encajada ayer ante los Clippers dejó el pabellón con una camiseta en cuya espalda se leía “de regreso desde el infierno”. Nick Young, por su parte, no está jugando y Byron Scott explicó ayer la razón: “No es una cuestión de química, solo de baloncesto. Sé por lo que está pasando y sé que es duro. Ahora mismo no tiene la mente en el equipo, no está para esto, y no hay necesidad de obligarle a saltar a la pista”.

Al menos Young sabe que, por ahora, su vida sentimental seguirá estable ya que Iggy Azalea ha asegurado que no romperá con el escolta: “Estamos bien, hay que entender lo que pasa cuando ya eres mayorcita y has puesto tanto de tu parte para que una relación funcione… Las relaciones son difíciles, mantenerlas es una tarea dura. Todas metemos la pata en algún momento”. Fuentes cercanas a la cantante aseguran que su voluntad es definitivamente pasar página: “Quiere creer en su pareja y las disculpas que le ha ofrecido por todo el asunto del vídeo. Aprecia lo que Nick Young está haciendo para salvar su relación y le está dando el beneficio de la duda. Las cosas entre ellos van volviendo a la normalidad”.