Si han preparado alguna vez un viaje con esmero, recordarán que unos días antes es habitual cruzar los dedos para evitar imprevistos, aunque solo sea un tímido resfriado. Algo así vivió el Madrid este domingo. Un partido que no le apetecía pero que tenía que jugar. Poco que ganar, y bastante más que perder, incluido el duelo en sí. Pero venció y no hubo ni un catarro. También fue precavido. Rudy, de calle, y Nocioni, de corto, pero inédito. Compromiso más que salvado con esos 102 puntos anotados, más de cien por novena vez en esta Liga (a uno del récord del Joventut con el actual formato), y plantilla lista. Solo hay ojos ya para el Fenerbahçe, para el playoff de cuartos de la Euroliga que arranca este martes en Estambul.

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El Madrid encauzó el triunfo en el segundo cuarto, después de que Carroll calentara muñeca con 10 puntos en salida fulgurante de tacos, exactamente en 4:29 (12-6). Por entonces, Ayón había cometido su segunda falta y se sentó para no volver, otro descanso preventivo. Begic se vino arriba, Hervelle y Bertans anotaron de tres y Raúl López, que fue ovacionado al entrar en la cancha, atrapó un rebote bajo el aro y la metió de espaldas. Repetía triple Bertans y el Dominion Bilbao tocaba techo (21-26) antes de un brusco descenso.

Reyes laminó la zona y Doncic surgió imponente para hacer del Chacho junto al Chacho y poner a Lima en órbita con una colección de asistencias de altos vuelos. Taylor también sacó tajada. Laso, ya decidido a preservar a Ayón, optó por jugar con cuatro exteriores (Rivers se emparejó con un Álex Suárez once centímetros más alto pero incapaz de sacar ventaja y Taylor se quedaba con Mumbrú). Pese a ello, total dominio local del rebote. El porcentaje en los triples de los Hombres de Negro bajaba al 33% (5 de 15) y el rival le cosía en ataque con su movilidad.

Y aún quedaba la bala de Llull, al que le sobraban dos velocidades y mucho gas para dominar a su antojo. Parcial de 31-19 (54-45 y más tarde 63-49). La mente volaba a Estambul y el Dominion intentó apurar sus opciones, cumplir con la palabra de Sito Alonso: “Molestar”. Y lo hizo, incluso llegó a pensar en la remontada con Bertans de dulce: 76-70. Sin embargo, entre Sergio Rodríguez, primero, y de nuevo Doncic el Madrid hizo añicos cualquier opción visitante.

El adolescente esloveno firmó entonces 8 de sus 12 tantos, dos triples seguidos, y se fue a las seis asistencias. Defendió y rompió en aro ajeno: lanzó, pasó y arriesgó físico en las penetraciones. Su despegue de talento no hay quien lo pare. Lima aprovechó para forrarse a rebotes y firmar un doble-doble: 11 tantos y 13 capturas.

Ganó el Madrid, sí, pero los aplausos se los llevó un rival no tan rival: Raúl López. Ovacionado antes, durante y después del partido. Una gran parte de la afición esperó a que terminara de hablar en Teledeporte para dedicarle un último tributo. Ya no volverá a Madrid salvo cruce en el playoff. El Mago de Vic se nos va, uno de los grandes de nuestro baloncesto. Gracias por todo.