WARRIORS 125 - BLAZERS 121

Arranca Klay y mata Curry: Warriors, finalistas del Oeste; gracias por todo, Blazers

Partido vibrante desde el minuto uno. Los de Terry Stotts volvieron a dar el 200% y fueron por delante gran parte del choque. Los de Oakland esperan a Thunder o Spurs.

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Nada de lo que digamos en favor de los Portland Trail Blazers será suficiente: qué partido, qué serie, qué temporada. Los Warriors, con Klay Thompson como gran estrella y Stephen Curry como matador, ya esperan rival en la finalísima de la Conferencia Oeste; ya esperan a Thunder o a Spurs. Pero no fue sencillo ¿Por qué? Porque los de Terry Stotts han demostrado noche tras noche que son un auténtico equipazo. Unos mini-Warriors, liderados por el inmenso talento de sus dos guards (Damian Lillard y C.J. McCollum), compactos gracias al trabajo y el acierto de jugadores que se dejan la piel durante los 48 minutos (Aminu, Harkless, Crabbe, Plumlee, Davis) y muy bien entrenados (este año). Nadie podrá poner una sola pega a la temporada de estos Blazers: así de bueno ha sido su año (enorme). Un futuro prometedor y emocionante que ayer fue apartado del camino hacia el anillo por uno de los mejores equipos de la historia (para muchos, el mejor). Los Warriors solo miran hacia delante, con la duda de Bogut (lesión en el aductor) y el susto de Green (al vestuario, tobillo vendado y a jugar), y ya esperan en su lado del ring con la incertidumbre de si será Kawhi o será Durant; si habrá que parar a Westbrook o defender a Aldridge. Nos queda lo mejor.

Si pudiera, le pediría a la NBA que nos regalara cada año un Blazers-Warriors en playoffs. Nunca se habían enfrentado a siete partidos y será difícil que olvidemos esta primera vez: por la intensidad, las ganas, la valentía, el atrevimiento y el acierto de un equipo que ha pasado más tiempo por delante en el marcador que por detrás contra el equipo de las 73 victorias. También por el regreso de Curry, los 40 de Lillard en el tercero, esa prórroga mágica del cuarto y un quinto partido en el que a los Blazers les faltó una canasta en el momento decisivo.

Lo podemos decir más alto, pero no más claro: Klay Thompson es un jugador espectacular. El mejor two-way shooting guard (mejor escolta de ida y vuelta) de la NBA dio un recital en ataque (33 puntos, 13-17 en los tiros, 6-9 en los triples: ha promediado +30 en la serie) y fue un cerrojo en defensa. Cuando Curry no encontraba esa chispa que le caracteriza, el '11' de los de la Bahía acertaba una y otra vez para mantener a los suyos en la batalla de fuego cruzado que propusieron los Blazers. Los de Stotts, sin miedo a nada ni a nadie, jugaron como un equipo grande; de tú a tú contra los mejores. Un cara a cara precioso que decidió la magia de Curry (esos triples que solo él mete con regularidad: lleva 44 partidos seguidos de playoffs con al menos uno, todos los que ha jugado, igualando un récord de Reggie Miller que caerá) y el cansancio de un gran Lillard (28+7+7) que no supo ceder los últimos tiros: ¡bolas a McCollum, por favor!.

El escolta de los Blazers estuvo imperial en el último cuarto de la temporada de los Blazers. Su premio al Jugador Más Mejorado del año se queda corto: su campaña ha sido de All Star. Anotaba una y otra vez, obligando a los Warriors a dar el 100% (hasta 16 en los últimos 12 minutos para 27 finales). Cualquier otra cosa y el partido hubiera sido 'Blazer'. Pero los de Oakland no dieron su brazo a torcer y se llevaron un encuentro que les coloca en su cuarta final de conferencia desde que se mudaron a la Bahía. Y las que les quedan...

Lo dicho: gracias, Blazers. Y gracias también, Warriors. Serán los Thunder o serán los Spurs, pero lo que sí sabemos ya es que los de Steve Kerr serán favoritos para volver a luchar por el anillo 12 meses después. Quiero un Blazers-Warriors cada año, NBA.