Una pesadilla de 364 días, pero Rocky sigue en pie

El baloncesto también es maravilloso por estas cosas. 364 días después, los de Ohio han arrancado una victoria a los de Oakland. Siendo sincero, no tengo demasiada fe en los Cavs de cara a una posible remontada, pero al César lo que es del César: objetivo cumplido, demostración de garra, de equipo que aprende a levantarse y que, como Rocky, se niega a tirar la toalla. "Si paras el combate, te mato", le decía The Italian Stallion a Mickey con la cara ensangrentada. Esta vez no fue necesario un corte en el ojo como el que pedía a gritos el bueno de Balboa, pero el peso que se han quitado de encima estos Cavs (LeBron en especial) os aseguro que se mide en toneladas (elefante arriba, elefante abajo). Las Finales necesitaban "un puñetazo en toda la cara".

Hubiera preferido tres partidos igualados, con finales de infarto y mucho hero ball (Curry, LeBron, Klay, Irving... ¿Quién no?), pero estos dos púgiles no se andan con chiquitas. Eso sí, en los tres encuentros que llevamos hay tanto que aplaudir al vencedor como que recriminar al perdedor. Ninguno de los dos técnicos ha sido capaz de agarrar a su equipo al cuadrilátero cuando la cosa se ha puesto fea. Y confieso: me dan rabia los planes tatuados. El baloncesto es un deporte emocional, táctico y técnico en el que un balón lo puede cambiar todo. Los dobleces, los segundos planes, las estrategias de respuesta... Echo de menos la partida de ajedrez.

Los Warriors, que disputaron seguramente su peor partido de la temporada (un desastre lo mires por donde lo mires), han despertado a un rival que se tambaleaba contra las cuerdas esperando el K.O. Sin embargo, cuesta pensar que lo que ocurrió ayer en The Q se pueda repetir (con o sin la fuerza). A mi me cuesta. Klay y Curry siguen sin llegar a los 20 en las Finales, y lo que es peor: no hay rastro del MVP. ¿Se acuerdan de ese jugador (marciano) que arrasaba ciudades desde la distancia y volvía locos a sus soldados con el dribling? Ahora pierde balones y tiene la mirilla más que desviada. Por no hablar de la actitud de ayer... Pero claro, el partido vale un punto y los Cavs necesitan cuatro. Sinceramente, no lo veo (me equivoco constantemente...). Aunque LeBron se crezca contra las cuerdas y lance contraataques a lo Mayweather, hablamos de 73 victorias, de campeonato y de uno de los mejores equipos de la historia. Los Cavs van a necesitar mucho más que unos cuantos escudos para aguantar otros 15 asaltos, y no tienen 364 días. Aunque con Kyrie así, cualquiera sabe.