El número uno del Draft como yin y yang. La más grande de las alegrías, la mejor de las esperanzas. Ben Simmons era el cambio de tendencia, el momento en el que 'El Proceso' empezaba a ascender en busca de la superficie. Pero, como casi todo en los últimos años para los Sixers, se torció. Su pie no aguanto los nuevos kilos de músculo y no sabemos si quiera si podrá debutar. El ha sido lo mejor y lo peor del verano baloncestístico en Pensilvania.

Embiid es el plan B. Uno de los mejores que se puede tener en un equipo con las expectativas inmediatas tan bajas como los actuales Sixers. Una estrategia de cristal que, con cimientos renovados (por segunda vez), se presenta por fin ante los ojos del mundo del baloncesto profesional. Lo tiene todo para triunfar, siempre que su físico se lo permita. Es rápido, hábil y molón. Muy molón. Dentro y fuera de la cancha.

Tras los dos grandes titulares del verano, llegan dos tipos que vienen de Europa y que serán muy importantes en una rotación en la que el talento brillaba por su ausencia. Sergio Rodríguez y Dario Saric llegan, en diferentes momentos de sus carreras, para dar estabilidad (si es que es posible en Philly) y cabeza a la plantilla de Brown.

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