Es raro ver a Kevin Durant con una camiseta que no es la de Oklahoma City Thunder, pero así es la realidad que nos ha tocado vivir. Y el alero, con una consciencia plena de este hecho, fue voraz ante su exequipo. Sin compasión. Sin corazón ni alma, el MVP de 2014 destrozó a OKC con 39 puntos, 7 triples y 7 rebotes. Fue la certificación de un trágico divorcio con difícil reconciliación futura.

El mensaje que mando Durant no sólo fue para los Thunder, sino para toda la NBA tras las críticas recibidas por su marcha a La Bahía de San Francisco y el varapalo sufrido en el debut de esta temporada, cuando San Antonio Spurs trituró a estos gigantes Warriors. "Seguid hablando", se pudo leer en sus labios cuando anotó el séptimo lanzamientos desde el perímetro. Un comentario que llegaba tras la discusión con Kanter. El turco desde el banquillo y el estadounidense sobre el parqué, con Steven Adams y André Roberson en primer línea de fuego. Hace escasamente seis meses, los cuatro conformaron un quinteto que estuvo a tres minutos de clasificarse para las Finales contra Cleveland Cavaliers. Así es la vida.

Durant: "¡Dicen que soy un cobarde! ¡Pero aquí estoy!"

La rabia de Durant no es nueva. En los entrenamientos previos al segundo partido del curso contra New Orleans Pelicans, ESPN captó las palabras del jugador junto a Chris de Marco, técnico asistente,en el vacío y silencioso Smoothie King Center, mientras lanzaba a canasta: "Dicen que no tengo hambre de triunfo... ¡estoy aquí! Me han llamado cobarde, pero aquí estoy trabajando".

Preguntado por esas palabras en rueda de prensa, el ex de los Thunder comentó: "Eso es lo que me digo cuando trabajo. Lo escucho todo el tiempo. Se oye entre el ruido. Se oye lo que dicen de ti. Todo el mundo lo escucha. Así que es un poco de motivación extra".